Sindicales
26/12/2018
Avance antiburocrático en las líneas 306 y 518
Nuevos aires en la UTA.
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Recientemente tuvieron lugar las elecciones de delegados en las líneas de colectivos 306 (Empresa Esteban Echeverría) y las 518-222-532 (de la Empresa José María Ezeiza, perteneciente al mismo grupo patronal).
En la 518-222-532, la lista opositora n°2 obtuvo un 40% (contra un 60% para la lista 1 de la burocracia de la UTA). En la 306, frente al 56% de la oficialista Lista 1, la lista del activismo (n°2) cosechó el 35%, y una tercera lista –que también recibió el voto opositor– cosechó el 9%. De esta manera se consolida en ambas empresas la presencia de una oposición al manejo burocrático y propatronal.
El oficialismo desplegó en ambas líneas toda una serie de artimañas en acuerdo con la patronal, como sobornar a los choferes con darles el día franco y/u otras prebendas a cambio de su voto. En la 518-222-532 se denunció incluso que miembros de la patronal concurrieron a votar ante la mirada impávida de la UTA (¡se debe depurar el padrón de afiliados!), mostrando el temor empresario ante la posibilidad de un triunfo opositor.
Vaciamiento patronal y activismo antiburocrático
Como ocurre con otras líneas, la época de bonanza empresarial por los enormes subsidios estatales recibidos desde los inicios del kirchnerismo está llegando a su fin, siendo los mismos trasladados a los usuarios por medio del constante incremento del valor del boleto. Junto a ello, las empresas han desviado gran parte de los subsidios hacia otros negocios, por lo que nos encontramos con un parque automotor con muchas unidades viejas (que luego aparecen rotas a la vera de la ruta o en calles interiores del distrito). Por esto mismo, y por la falta de control estatal, las frecuencias están lejos de ser las necesarias y que figuran en los libros, provocando largas colas, mucho tiempo de espera, coches que no pueden levantar más pasajeros en el camino, hacinamiento al interior de los vehículos.
Todo el malestar de los pasajeros por las deficiencias del servicio recae sobre los choferes, ya que no hay lugares donde atiendan los reclamos y mucho menos que les den solución. Por otro lado las deficientes condiciones de los vehículos ponen en riesgo la integridad física de choferes y usuarios. Todo esto, junto con los problemas habituales del tránsito, la falta de arterias rápidas y de paradas en condiciones, entre otros problemas, provoca un estrés laboral permanente en los choferes.
Como una crónica de un final anunciado, el día 7 de noviembre pasado un colectivo de la línea 306 se prendió fuego en Lomas de Zamora; el chofer Jorge Gabriel Ibañez puso a los pasajeros a salvo e intentó sofocar el incendio, muriendo por un paro cardiorrespiratorio por la inhalación de humo y gases (Vía País, 8/11). El hecho hizo estallar la bronca de los colectiveros, que desde abajo impusieron a la UTA un paro de 24 horas, inédito en la empresa, que incluyó el piquete en la terminal para que ninguna unidad saliera (mientras tanto, los delegados permanecieron en el interior de la empresa y no acompañaron la acción). A partir de ahí se consolidó un sector de choferes que planteó que era necesario intervenir con listas propias en las elecciones de delegados, para desplazar a los que hacen la vista gorda ante los atropellos de la patronal. De esta forma las listas opositoras de ambas empresas establecieron un conjunto de reivindicaciones, reclamos y denuncias como ejes de la campaña. Se incluyó la situación de los vehículos, problemas con la obra social, atraso en depósito de jubilaciones, la media hora del ‘tome y deje’ que no lo pagan, el pago de horas extras, el maltrato del personal superior hacia los choferes, las sanciones arbitrarias e injustificadas, entre otras.
Nuevos aires
La organización del activismo en estas líneas forman parte de un proceso más general que recorre a las líneas de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires –la organización de la 540 en zona sur, las luchas de las líneas 165-112-243 contra el vaciamiento, los paros de la 501 de Echeverría y de la San Vicente (51-79, 177 y otras) contra los ataques a choferes y por la seguridad de los mismos; por mencionar a algunas de las más importantes. Esta nueva presencia del activismo de base organizado protagonizó hace pocos días un importante hecho en Puente La Noria, realizando una colecta para los choferes despedidos.
Se plantea poner en pie agrupaciones antiburocráticas por empresa, que reclamen la realización de asambleas de trabajadores por línea o empresa, que coordinen con las otras líneas en lucha, contra los despidos, en defensa de la fuente de trabajo, por la reapertura de la paritaria para recuperar lo perdido por la inflación y devaluación, por la seguridad laboral, para que la crisis la paguen los empresarios y no los trabajadores, y el conjunto de reclamos y reivindicaciones que recorren cada una de las líneas.
Nuevos aires corren en la UTA. Adelante con la lucha y organización, compañeros.