Sindicales

26/1/2018

Azul: otra pueblada contra el cierre de Fanazul

Las muestras de solidaridad que ha demostrado el pueblo azuleño, como también  las reservas de lucha, son enormes.  El centro de la provincia es el escenario de una de las grandes luchas contra los despidos en el Estado.


Una nueva y contundente movilización, el jueves 25, le demostró al gobierno que el pueblo trabajador está de cuerpo entero con esta causa y que no la da por perdida. Miles de trabajadores inundaron las cuadras del centro de la ciudad para hacerle frente a la embestida del gobierno que quiere cerrar la fábrica de pólvora y explosivos ubicada sobre Ruta 80 a pocos kilómetros de la ciudad. 


Hace días, el gobierno municipal desnudó públicamente sus verdaderas intenciones. Luego de la reunión del intendente Hernán Bertellys (Cambiemos) con el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui quedó claro que el objetivo del intendente es intentar diluir el conflicto. Los gobiernos nacional y municipal impugnaron la presencia de los trabajadores en dicha reunión, porque el contenido de la misma no tenía nada que ver con la preservación de la fábrica, sino que lo que se puso sobre la mesa es un verdadero lobby en favor del empresariado minero y de la industria frigorífica. El cinismo de Bertellys llegó a su cenit cuando desde el Ejecutivo municipal realizaron un llamado a los fabriqueros para que acerquen sus currículums​​ a la Oficina de Empleo en un intento burdo de quebrar la unidad de los trabajadores y la voluntad de luchar de los mismos.


A raíz de ello, los trabajadores se retiraron del Comité de Crisis. Un gesto de la madurez en la comprensión política de los fabriqueros que llegaron a la conclusión que de la mano del intendente – el mismo que negó durante todo el año la posibilidad de despidos- no iban a ningún lado.


Detrás de bambalinas


Por su parte el gobierno nacional reafirmó la intención de cerrar la fábrica y “busca reubicar a un tercio del personal de la planta en Azul de Fabricaciones Militares” (Clarín 23/1). Pero detrás del cierre de Fanazul están, además del plan de achique de la planta estatal y el desmantelamiento industrial, la especulación inmobiliaria, el agro y la minería. Con la reciente derogación de la ley N° 14.147, se habilita la venta de las tierras en manos del Ejército Argentino. Contigua a la fábrica de explosivos se encuentra la Base Naval Azopardo, que en su origen fuera un depósito general de explosivos, que encierra un enorme valor y en la que han puesto los ojos las grandes mineras y los especuladores inmobiliarios.


La entrega de tierras a las fauces de los mineros tiene larga data. Ya durante la gestión kirchnerista de José Inza se estableció un “Acuerdo Marco de Cooperación de Asistencia Técnica entre el Servicio Geológico Minero Argentino y la Municipalidad de Azul” que establecía entre otras cosas “la evaluación e incorporación de proyectos (…) nuevos que puedan enmarcarse en el programa de huellas Mineras” como también “El estudio los terrenos y ver cuáles son las características y potencialidades que puedan surgir a partir de este acuerdo”.


El capital ya cuenta con una valiosísima herramienta para la explotación de esta zona. A instancias del intendente Bertellys y el Concejo Deliberante se estableció la posibilidad de eximir de impuestos a las mineras que se establezcan en nuestro partido.


El interventor Luis Riva ya había asegurado que “Fabricaciones Militares va a poner los activos que tiene en la zona a disposición de procesos de producción”. Luego de la reunión del Comité de Crisis con el interventor, Bertellys, en línea con este último, planteó la reconversión de la fábrica a la minería, lo que se traduce lisa y llanamente en la privatización de la misma.


Por una asamblea popular y un paro activo nacional


Las muestras de solidaridad del pueblo trabajador con los fabriqueros ha sido gigantesca. Con ollas populares en el acampe, la transmisión en vivo del superclásico en la esquina del acampe y en apoyo a la lucha, la instalación de una carpa docente donde se brindan clases de apoyo para los hijos de los fabriqueros, y las enormes movilizaciones de miles y miles de personas son un botón de muestra de este incondicional apoyo de los trabajadores azuleños.


Es necesario canalizar este fuerte respaldo en una gran asamblea popular que diseñe las medidas de acción a seguir para llevar esta lucha a la victoria, y paralelamente llamar a un Congreso de delegados electos con mandato de las bases, de la CGT, la CTA y todos los sindicatos para poner en pie un gran paro activo nacional para derrotar la ofensiva del gobierno contra los trabajadores.