Sindicales

21/1/2016|1397

Azul: todo el apoyo a la huelga de los ceramistas


Los trabajadores de Cerámica San Lorenzo han decidido en asamblea un paro general por tiempo indeterminado en respuesta a la amenaza patronal de despedir a 140 obreros y cerrar dos plantas. Los compañeros están de acampe en el acceso a la fábrica para impedir que entren o salgan camiones. Según el sindicato, las otras fábricas del grupo pararon cuatro horas en apoyo a los trabajadores de Azul.


 


El Ministerio de Trabajo había dictado la conciliación obligatoria en noviembre, luego de una masiva marcha en la ciudad contra la amenaza de despidos. En el ínterin, el apriete empresarial logró que 32 trabajadores aceptaran el retiro “voluntario”, algo que no se retrotrajo a pesar de la conciliación. El 6 de enero, el ministerio dio libertad de acción a las partes, dejando a los trabajadores a merced de la empresa que sigue en sus trece y quiere echar otros 140 empleados de los 400 de su plantel.


 


En Azul, tanto trabajadores del ámbito privado como estatales están perdiendo sus fuentes de ingreso. El intendente, Hernán Bertellys (FpV), quiere dejar en la calle a 350 contratados y hay amenazas de despidos en la fábrica militar Fanazul. El ajuste amenaza convertir nuestra ciudad en un pueblo fantasma.


 


Junto al paro hay que ocupar la planta para impedir que la patronal la vacíe. Que se abran los libros contables de la empresa. ¡Si tiene plata para los retiros es porque no tiene ninguna crisis! ¡El pueblo de Azul apoyará a los trabajadores contra el pulpo capitalista!


 


El Estado debe garantizar la fuente laboral. Si la empresa persiste en su intención de despedir debe ser expropiada bajo control obrero, estableciendo contratos especiales con el Estado para venderle la producción. En una provincia con un déficit habitacional impresionante, con escuelas que se caen a pedazos, no puede sobrar la producción de una empresa ceramista.


 


Llamamos a todas las organizaciones populares a pronunciarse en favor de los trabajadores ceramistas. Todos con el paro. ¡Ni un despido más!