Desde hace tres semanas la planta de Arcor-Bagley se encuentra en conflicto debido a los intentos patronales por hacer pasar una reforma flexibilizadora en el Convenio Colectivo. Se trata de implementar la modalidad “Weekend”, que elimina las horas extras los fines de semana para reemplazarlas por un cuatro turno de 12 horas a cambio de francos compensatorios en la semana.

Bajo el eufemismo de la “modernización” de la línea de producción, la empresa intenta la precarización del Convenio Colectivo, eliminando conquistas históricas, como es el descanso de fin de semana, e imponiendo un nuevo régimen laboral que afectaría la realidad de 400 operarios y operarias de la planta.

La medida fue resistida decididamente por la planta en su conjunto. En asamblea general resolvieron una serie de medidas de lucha, que incluyó paros dentro del establecimiento, el bloqueo de los portones y asambleas permanentes que tuvieron lugar en varias jornadas. Esta reacción obrera con el cuerpo de delegados obligó a la conducción del sindicato a tomar participación en el conflicto, arrancando una audiencia con la empresa para el pasado 21.

Si bien Arcor-Bagley pegó el faltazo a la audiencia, lo cierto es que no han podido avanzar en imponer la modificación. En este contexto, las y los trabajadores se encuentran en estado de alerta y movilización ante cualquier indicio de avance en la reforma, preparados para adoptar nuevas medidas de lucha dentro y fuera de la fábrica.

Lo de Arcor-Bagley no es un hecho aislado. Los delegados detallaron que el plan de Arcor sería avanzar en el mismo sentido en todas sus plantas, lo que plantearía un conflicto a nivel provincial y nacional. Asimismo, días atrás se realizaron varias audiencias frente al conflicto abierto en las principales plantas de Nestlé, donde se intenta contratar trabajadores tercerizados, ocupando puestos en la empresa en los sectores de maestranza, mantenimiento, portería, parquización y comedor.

Se trata de una política precarizadora, que tiene como único propósito ampliar la tasa de beneficio empresario a costa de los trabajadores, puesto que se desarrolla en el sector más beneficiado por la inflación, el rubro alimenticio. Sin ir más lejos, Luis Pagani, dueño de Arcor, incrementó su patrimonio comercial en un 14% en los últimos dos años (de 4.995.980.375 de dólares en febrero de 2020 a 5.719.006.702 en febrero de 2022).

Las dilaciones y el aislamiento de los conflictos por parte de la conducción de Stia no hacen más que allanar el camino a la embestida patronal. Es la firmeza obrera la que ha frenado temporalmente la avanzada. Planteamos una acción coordinada de todas las plantas de Arcor. Hay que arrancar el paro en las plantas de la empresa para frenar las reformas.

Impulsaremos el apoyo del Plenario del Sindicalismo Combativo y de todo el movimiento obrero.