La recolectora Covellia llegó a la ciudad en 2008 de la mano del intendente Breitenstein (FPV). Luego de cuatro años de cobrar altísimos contratos al municipio, el ajuste que baja del gobierno nacional y los realineamientos políticos surgidos de la crisis del PJ han hecho ver súbitamente a Bevilacqua (sucesor de Breitenstein)-devenido en ultraK- que el municipio paga carísimo un servicio deficiente. El aumento exigido por Covellia a fines de 2011 es nada menos que del 110%, y llevaría el canon de 48 a más de 100 millones de pesos anuales. En mayo la comuna firmó un acuerdo precario por el 25% de aumento, con el compromiso de rever la situación en agosto.
Bevilacqua reconoció que en el encuentro que mantuvo en julio con De Vido, éste le "comentó" la posibilidad de acceder a determinadas líneas de crédito para adquirir maquinarias, en clara alusión a la posible compra de camiones y municipalización del servicio. No obstante el intendente K se encargó personalmente de negar las versiones de municipalización. Aparentemente su plan es contratar a otra empresa privada, posiblemente atravesando previamente un período de transición con una sociedad con participación municipal. Esto incluiría pasar una parte importante de los trabajadores del convenio camionero al municipal (60% del salario) o a cooperativas truchas (25%).
Esta situación ha desencadenado una crisis en el sindicato de camioneros. Moyano pidió la renuncia de tres dirigentes. En solidaridad, las renuncias ascendieron a siete, dejando sin quórum a la Comisión Directiva, y provocaron la intervención de la seccional: desde fines de agosto, un enviado de Moyano está a cargo de camioneros en Bahía. Todo indica que la intervención de la burocracia es para mejor disciplinar a los trabajadores. Moyano desconfía de algunos dirigentes a la hora de controlar que su tropa no desborde a la dirección ante el conflicto en puerta. Es que la defensa de los trabajadores y su convenio está asociada a una salida política que excede en mucho al moyanismo, que es afectado en esta crisis en tanto patrón. La enorme sobrefacturación de estos años justifica la expropiación de los camiones y máquinas sin indemnización, como una compensación parcial de lo que se embolsó Covellia. Los trabajadores deben seguir bajo el convenio camionero, ya que su tarea no se modifica por el hecho de evitar la onerosa y parasitaria intermediación de las empresas privadas.