Sindicales
28/5/2015|1365
Balance de la elección de delegados
Sobre el cierre de la elección de delegados de la AGTSyP, se llevan elegidos más de 70 representantes de los tráficos, estaciones y talleres.
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El resultado, en términos de las corrientes políticas en juego, arroja que la relación general de fuerzas se mantiene. El oficialismo “pianelista” (pro-K) conserva un dominio político de la organización, con un 65 por ciento de los delegados electos. El cerca de 35 por ciento de delegados opositores a la conducción se repartirá entre la agrupación Naranja (ATM-PO, más Independientes), la Bordó (PTS) y la Violeta (K disidente), con unos 8 a 10 delegados cada una.
La elección de delegados sigue procedimientos democráticos, en un cuadro de relativa libertad para la acción sindical, que ha sido conquistada por los trabajadores del subte al costo de grandes y duras luchas.
El triunfo del pianellismo muestra que su completa colonización por parte del kirchnerismo todavía no se ha traducido en una ruptura masiva de la base obrera con una dirección que en el pasado jugó un papel de lucha. Por el momento explota el “lado positivo” de la cooptación, que consiste en la ilusión de los trabajadores en tener un sindicato que cuente con la simpatía del gobierno y del Ministerio de Trabajo. El ala clasista debe desarrollar un trabajo paciente de organización y clarificación para acelerar estas experiencias políticas, condenadas más temprano que tarde al fracaso.
Como hechos destacables, en tráfico de la combativa Línea B el clasismo encabezado por dos delegados de La Naranja (y militantes del PO), aplastó al oficialismo por 70 a 30 por ciento. También en la mayoría de sectores de estaciones el pianellismo cayó ante la oposición. En el emblemático taller Rancagua, en cambio, La Naranja fue derrotada por cuatro votos ante una lista kirchnerista, afín a la conducción de la AGTSyP. Interrumpiendo con ello, una conducción de casi 20 años del Partido Obrero y de su histórico dirigente “Charly” Pérez en ese taller, cuna de la recuperación del cuerpo de delegados del subte de manos de la UTA. Influyeron en esta derrota varios factores.
El taller más grade y combativo del subte, con las mayores conquistas y categorías, está recorrido por conflictos gremiales de todo tipo, que exigen una gran actividad y experiencia sindical.
Entre ellos, en el último período, el intento -derrotado- de la patronal de tercerizar el mantenimiento pesado; el desprendimiento del nuevo taller Urquiza por extensión de la línea; el ingreso de cerca de 80 nuevos trabajadores; la formación de una guardia para emergencias de la línea, que la patronal trató -sin éxito- de manipular a su antojo; más la permanente lucha por la falta de repuestos y herramientas, los déficit en seguridad e higiene, así como la demora en la capacitación para el manejo de formaciones nuevas.
Este cuadro complejo fue enfrentado en medio de un recambio de delegados de ATM (PO) nuevos en la función, esforzados compañeros que contaron con el apoyo restringido de “Charly” Pérez, por limitaciones personales de salud, que, incluso, lo llevaron a no presentarse en estas nuevas elecciones. Un cuadro de dificultades que fue explotado por grupos kirchneristas y elementos patronales, para hostigar a los delegados con todo tipo de exigencias e intrigas y con una campaña macartista en términos de “hay que expulsar al Partido Obrero”.
Los tres delegados que asumen no tienen buen pronóstico. Carecen del más elemental programa y de una mínima cohesión política. Arrancan con compromisos con la Directiva y la patronal, contradictorios con la tradición de lucha de Rancagua.
En el taller Urquiza se eligió un delegado naranja.
La paridad en el ajustado resultado de la votación indica la gran reserva que existe para la reconstrucción del clasismo en el histórico taller Rancagua.