Sindicales
14/11/1996|519
Balance del precongreso del CTA de Rosario
Al mismo concurrieron no más de 150 compañeros, con algunas pequeñas delegaciones del interior y la ausencia del activismo de la zona. Esto permitió que no tuviera un carácter de lucha.
El debate se desarrolló en cinco comisiones; luego, cada una realizó una exposición final, quedando a cargo de la mesa directiva la síntesis para llevarla como propuesta al Congreso nacional.
En las comisiones, la línea general ya estaba regimentada al preacuerdo de lo que se tenía que discutir y aprobar. Organización del CTA, afiliación, una mayor participación sindical y social, y una serie de consideraciones generales de solidaridad con todos los reclamos sociales.
Con respecto a salud, no se profundizó sobre la desregulación de las obras sociales, ni contra el hospital de autogestión.
Las comisiones estuvieron siempre supervisadas por la directiva del CTA, oponiéndose siempre a todo lo que estuviera fuera de lo preacordado; esto motivó un freno para la participación de los compañeros con menos experiencia.
En la comisión en la que participamos los compañeros de la Coordinadora de Desocupados, fue donde más se debatió, dado que proponíamos la reivindicación de los 500 pesos para todos los desocupados mayores de 16 años, y por presión de la directiva (Paulón-Villa) se quedó en exigirle al Congreso la emergencia ocupacional, evitando de esta manera la consigna reivindicativa y organizativa y la movilización de los desocupados.
El otro planteo que hicimos fue que se llevara al Congreso nacional del CTA la propuesta de un plan de lucha y un paro nacional de 48 ó 72 horas, activo. Esto también fue frenado por la directiva.
Por último, quedó en claro para los que concurrimos, la colaboración con la patronal representada en la Federación de Cooperadoras escolares (Augusto Duri, Franco y Cía.), cooperadores patrones, privatistas que estuvieron participando del precongreso por unas horas y que, frente al repudio de algunos compañeros, se tuvieron que retirar.
Duri, Franco y Cía., que jugaron siempre de progresistas pro obreros mostraron la condición de patrones al despedir primero a los compañeros Romero y Fernández, luego reincorporados por la lucha. Actualmente, volvieron a despedir a los compañeros Porcu y Lepreti, que están con una carpa frente a la cocina centralizada. Ante el repudio que generó la presencia de estos personajes, la directiva del CTA trató de justificarlos y blanquearlos, con la idea de que era un congreso abierto y cualquiera podía participar; además, Paulón, en su defensa a fondo de este elemento patronal, salió incluso a polemizar con las denuncias realizadas por Hebe de Bonafini de que Duri era un enemigo de los trabajadores.
No se planteó ninguna autocrítica por el comportamiento de ATE-PAMI de frenar la lucha de los 33 compañeros de PAMII y II, que fueron despedidos.
Queda claro que el CTA y ATE son una cáscara vacía al servicio de un puñado de burócratas centroizquierdistas, que no tienen ningún interés en un plan de lucha para el movimiento obrero y que lo único que pretenden es llevar al movimiento detrás de una política patronal como el Frepaso, que es el recambio del menemismo.
Sigue planteada la lucha por un auténtico congreso de delegados de base elegidos en los lugares de trabajo y barrio, para elaborar un plan de lucha y reivindicativo.