La indignación de los trabajadores de los bancos oficiales luego del acuerdo firmado por Zanola es mayúscula.

El pico máximo se expresó, hasta ahora, el jueves 1° en Banco Ciudad. Los compañe­ros de casa Matriz, por la mañana, poco menos que echaron a trompadas a Carlos Irrera, secretario gremial na­cional y uno de los paritarios que firmaron el "acuerdo” El clima era tan virulento que la gremial se vio obligada a con­vocar para la tarde de ese mismo día a una Asamblea General del banco para que los paritarios encabezados por Zanola, justifiquen su entrega. La asamblea fue sumamente masiva. Llegaron incluso un centenar de compañeros de distintas sucursales. Pero los que brillaron por su ausencia fueron Zanola y su “troupe”.

Está abierta una crisis en la propia burocracia, a la que per­tenece la gremial del Ciudad. Su principal vocera declaró ante la televisión que “como diligente de la Bancaria el acuerdo firmado me da ver­güenza y lo considero una traición". El reclamo de los compañeros en la asamblea fue la adopción de medidas concretas y quedaron plantea­dos paros para la semana que viene.

En el Nación la bronca es también moneda corriente. Los compañeros, pese a la confusión montada por la gre­mial, no tienen ya ninguna duda acerca del carácter del acuerdo y saben que el mes próximo, cuando se terminen de cobrar los adicionales que quedaron derogados “gra­cias” al acuerdo, los bolsillos quedarán escuálidos. La con­signa planteada por la Naran­ja, rechazar el acuerdo y relan­zar un plan de lucha, tiene ab­soluta vigencia. Como en el Ciudad, es necesario reclamar que se convoque a Asamblea General en los bancos para re­chazar el “acuerdo” de Zanola. Impulsemos una campaña de pronunciamientos en asambleas de oficinas, de de­legados y activistas, para pa­sar por encima de la entregada zanolista y de las vacilaciones de las gremiales. Esta es la ta­rea que tiene planteada por de­lante la vanguardia bancaria.