Sindicales

4/7/2017

Baradel empodera a Bullrich

Paritaria docente. “Lindo” botón de muestra de la estrategia ciudadana


La nueva propuesta salarial que el gobierno presentó a los sindicatos bonaerenses está actuando como catalizador de un profundo debate político entre la docencia. No es para menos. El aumento mentiroso del 27%, tal como lo presentan Roberto Baradel y la conducción provincial de Suteba, tiene demasiadas sombras. Sumas en negro y en cuotas constituyen un monto que el propio ministro de economía de la provincia ha minimizado afirmando que "las sumas fijas no se pueden contar como aumento por no formar parte del salario". Con esto, el 27 % de Baradel se cae unos cuantos puntos. De todos modos, detrás de infinidad de números y grillas, no hay lectura que pueda ocultar que el salario de un sector fundamental de la docencia se mantendría por debajo de la línea de la pobreza. Recién con nada menos que 10 años de antigüedad, una maestra estaría arañando los 15 mil de bolsillo. Los esfuerzos del gobierno y de la conducción de Suteba, no alcanzan para ocultar tamaño dato.


 


Pero además el gobierno no devolverá los descuentos por los días de paro, ni se baja de su exigencia de "compensar" durante el receso invernal, las clases perdidas durante la huelga de este año. Aceptar por lo tanto, esta nueva propuesta bajo estas condiciones es una rendición que coloca a la docencia en los peores términos para próximas luchas. El gobierno nos estaría imponiendo un salario a la baja manteniendo rigurosas medidas de disciplinamiento ante próximas medidas de fondo contra los derechos laborales y la educación pública como lo son el Plan Maestro o la Ley Aguilar de ataque a la educación terciaria.


 


La aceptación de la propuesta constituiría una victoria de gran importancia para Macri-Vidal. Propios y ajenos perciben que Baradel se la estaría dejando barata al Ministro anti educativo Bullrich. Un sector significativo de la docencia que aún se entusiasma con el "volveremos" no está para nada conforme con la idea de que el resultado paritario, en los términos del gobierno, culmine por perjudicar a la "Jefa" en las próximas elecciones. Su opositor sería nada menos que Bullrich. El razonamiento no está para nada mal, porque si el ministro está en condiciones de imponer disciplina y un salario por debajo de la línea de pobreza a la docencia, se estaría ganando las palmas de toda la clase capitalista.


 


Sin embargo, la conclusión debe llegar al fondo de los problemas. Del mismo modo que se suele afirmar que el "modelo" macrista no cierra sin represión, se debe tener muy presente que el proyecto ciudadano de CFK no cierra con el pueblo en la calle. La orientación de la conducción de Suteba va en ese sentido; es un elemento de avanzada de la orientación volcada por Cristina en Arsenal. "Aceptemos la propuesta. Es lo máximo que le podemos arrancar al gobierno neoliberal. Votemos en octubre". Es el correlato sindical del planteo estratégico de CFK de limitar todo a la "oposición legislativa". El planteo político de la conducción de Suteba, constituye un hecho muy significativo. Es la propuesta de disolver la organización de los trabajadores en la placenta común de la ciudadanía. No habría que actuar como clase, ni como fuerza social. Sólo deberíamos limitarnos a votar como ciudadanos a pesar de todos los atropellos padecidos. 


 


Lo que debe quedar en claro, entonces, es cuál es el alcance estratégico de la orientación ciudadana de CFK. Establecer una "oposición" limitada al plano legislativo es un claro guiño a la burguesía. Nada de setentismo ni de plebe en las calles. Se pretende una oposición "seria y formal" que no escandalice a los patrones. Las 83 leyes votadas en favor del macrismo ya constituyen en sí mismas un fuerte plafón en ese sentido. El kirchnerismo ha sido garante de las principales medidas antipopulares de este gobierno y las ha defendido bajo el eufemismo del "pacto republicano". La dirección kirchnerista del Suteba acepta la propuesta salarial del gobierno como parte de la orientación de CFK de mostrar "responsabilidad" frente a la burguesía.


 


A esta orientación paralizante y disolvente de las tendencias populares a ocupar las calles contra el gobierno ajustador, se suma el intento cristinista por reagrupar a los barones del conurbano y a las distintas fracciones del peronismo. La tarea para nada sencilla, en especial cuando se carece de la caja del Estado, resulta también estratégica. El esfuerzo de Cristina apunta a la recuperación del status de "partido del orden" en momentos en que este se encuentra disperso y dividido, y en un cuadro en que la clase capitalista hace valer su dominación por medio de un gobierno que requiere de todo tipo de acuerdos con las distintas facciones de los partidos patronales.


 


Se deberá prestar atención a estos aspectos (disolver las tendencias a enfrentar a Macri en las calles, reconstruir al PJ) para comprender por qué CFK es el "cuadro de recambio" de la burguesía.


 


Por supuesto que los trabajadores vamos a votar en octubre y está claro que buscaremos defendernos con el voto, en particular votando a quienes están en defensa de los trabajadores siempre. Pero esa defensa deberá incluir la lucha en las calles, la cual no debe ser abandonada bajo ningún término. No vamos a desensillar hasta que aclare, como sugería el General Perón y ahora CFK, porque el abandono de las luchas nos presagia un octubre aún más oscuro. Los docentes seremos de los primeros en verificarlo.


 


Lo que está planteado es establecer un puente entre la organización de las luchas obreras y populares y una maduración política que se refleje en el voto – como clase- a las alternativas que defiendan la independencia política de los trabajadores. La verdad debe estar puesta en las calles y es allí donde los candidatos deberán o no ganarse una autoridad ante el pueblo verificando una lucha consecuente contra los ajustadores y explicando un programa de salida a la crisis en curso.


 


El Frente de izquierda debe ponerse al frente de este proceso. Cada comité de apoyo a sus candidaturas deberá ser un verdadero laboratorio de discusión política pero también de la organización de las luchas. Una experiencia profunda en estos términos garantiza la maduración hacia la construcción de un gran partido de la clase obrera.