La fábrica Granix, propiedad de la Iglesia adventista, tiene una larga trayectoria de

aplastamiento y disciplinamiento de sus trabajadores en nombre de las “creencias religiosas”. En cada familia de Baradero hay alguien que trabajó en ella y que relata la superexplotación reinante, la falta de derechos laborales y humanos.

Por ejemplo, durante 28 años, la patronal pagó como simple el domingo trabajado, en virtud de las prácticas religiosas adventistas. La conquista histórica del pago al 100% los domingos, sostenido por un sector de los obreros, dio lugar a la renovación de una parte de la comisión interna y al inicio de una práctica sindical hasta entonces no permitida.

El año pasado, cumplieron por primera vez el plan de paro de dos horas por turno del STIA (Alimentación). Hace una semana, se encuentran en un plan de lucha por 2.000 pesos de emergencia hasta la paritaria de abril.

La primera fase de la protesta consistió en concentrarse en la puerta luego de cumplir el turno laboral. El piquete, votado en asamblea, impidió la entrada de camiones. La patronal suspendió la producción con la excusa de la falta de insumos, buscando dividir a los trabajadores. La asamblea obrera rechazó el lock-out patronal y ratificó las medidas de fuerza. Finalmente, llegó la intervención de la Justicia en salvaguarda de la patronal. Los obreros respondieron declarando el paro. Baradero está conmocionado.

Rodeemos de solidaridad el conflicto, organicemos la confluencia de las organizaciones políticas, sociales, sindicatos con los trabajadores de Granix y extendamos esta lucha a Refinería de Maíz (Ingredion), Donto, Paty, docentes, estatales. El STIA debe convocar a la huelga general de los trabajadores de la alimentación.

Generalice la lucha por los 3.000 pesos de emergencia y por paritarias ya.

Nora Biaggio