Argul, una planta termoplástica de 240 trabajadores situada en Berazategui, se encuentra desde el viernes 20 de mayo completamente paralizada, en protesta contra el despido de un compañero, que por el solo hecho de postularse como delegado fue despedido.

Los trabajadores en asamblea resolvieron por unanimidad parar la producción de todos los turnos, hasta la reincorporación de Gastón, y la realización de las elecciones de la comisión interna ya convocadas por el gremio plástico para el 10 de junio. Los compañeros eligieron a 5 delegados y la afiliación masiva al sindicato, como una necesidad concreta de organizarse por sus derechos.

Cansados de despidos permanentes, atropellos en la exigencia para aumentar la producción, el pago de salarios por fuera de convenio, feriados pagados al 50%, e incluso por malos tratos, los compañeros resolvieron afiliarse y organizarse. Con sueldos en promedio de $4500 la quincena, la situación se hizo intolerable.

La empresa instalada desde 1954 fabrica productos termoplásticos para grandes industrias, desde Ivess hasta Avon, para automotrices, electrónica, telecomunicaciones, electrodomésticos, medicinales, y alimenticios. No se trata de una empresa que tenga problemas económicos ni por asomo, sino de una patronal acostumbrada a negrear hasta el límite, amparada por el mussismo y el poder político provincial.

Con contrataciones de no más de tres meses, sobre todo en el sector femenino, la empresa fue impidiendo que los trabajadores no tengan más que tres años de antigüedad en el mejor de los casos. Mientras ingresan a galpones nuevos, maquinarias de última tecnología.

Ante las amenazas de la patronal de levantar todo e irse a Brasil, los trabajadores respondieron en asamblea continuar con las medidas hasta la reincorporación del compañero despedido, continuar con la afiliación masiva, la elección de la comisión interna, y la plena vigencia de los derechos que les corresponden.

Los compañeros de Argul, cuya edad promedio son los 27 años, son parte de las decenas de fábricas del distrito, donde la flexibilización laboral reina junto a las exenciones impositivas de la intendencia de Mussi, y del gobierno provincial.

La huelga por tiempo indeterminado marca la tenacidad de esta nueva generación de laburantes, que puja por una nueva organización que supere el impasse de la vieja y ya caduca burocracia sindical.

Todo el apoyo a la huelga de Argul, reincorporación ya del compañero Gastón, derecho a la sindicalización de sus trabajadores, basta de régimen negrero, salario igual a la canasta familiar.