Sindicales
1/4/1993|386
Budge: Dijo ¡¡basta!!
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A la continuación de la Avenida General Paz luego de cruzar el Riachuelo se la conoce como Camino Negro. A siete cuadras del Riachuelo se encuentra el Puente Ferroviario sobre la vía del FCGB. A todo lo largo de su construcción (unas 5 cuadras) y separando las 2 manos de tránsito vehicular existe un muro de cemento de 1 m. de alto. En el lugar no hay luz, ni semáforos, ni puente peatonal. Si se pretende ir enfrente hay que dar un rodeo de por lo menos 3 cuadras y cruzar a la carrera el camino negro para evitar ser atropellado. Los más osados cruzan por donde está el muro trepándolo con el consiguiente riesgo de accidentarse. ¡¡Y precisamente esto es lo que ha venido ocurriendo en los últimos años!! Las víctimas fatales son innumerables, como así también los pedidos que los vecinos que han realizado ante las autoridades correspondientes.
El 18 de marzo se terminó la paciencia de los vecinos (Budge y Fiorito), y desde el jueves (el día anterior había muerto un chico de 10 años atropellado en una colectora del camino negro), comenzaron los cortes de ruta, con quema de neumáticos y bloqueando los accesos laterales al puente.
Esta enérgica acción de los compañeros no sólo hizo temblar los cimientos del puente sino también el Municipio. El pedido es simple: “Semáforos y puentes peatonales”; “Que venga el intendente”. La firmeza del reclamo y la voluntad de ganar la calle tuvieron que soportar la represión. El martes 23 los manifestantes se enfrentraron con la policía de la provincia en una batalla donde hubo piedras, palos, gases y detenidos (luego liberados). El 24 se volvió a cortar la ruta.
El 25 y 26 comienzan a actuar más a fondo los “mediadores” con el municipio (“punteros y Suteba”) y le plantean a los vecinos que el 30/3 el intendente va a venir a Budge para explicar el proyecto de puente que se iría a construir. Ante esto se planificó para el 29 una asamblea al costado del puente para elaborar un petitorio con los reclamos del barrio, para ser presentado a Távano (intendente) el 30 de marzo.
Evidentemente está en marcha un operativo destinado a desmontar la movilización. Pero también es muy claro que esa misma acción ha dado sus resultados: los que se hacían los distraídos tienen ahora que “bajar” a Budge a dar explicaciones. Este es el fruto de la lucha de estos días.
Es el momento de plantear las necesidades postergadas del barrio y principalmente batallar para agrupar a los vecinos en una organización independiente de los punteros y del municipio. Tenemos que transformar la reunión del 30 en una gran asamblea, donde se le coloque plazo fijo a la concreción de la obra.