Sindicales

10/7/2021

CABA: el salario docente en un piso histórico

Luchemos por la reapertura de la paritaria. Asamblea abierta de Ademys, lunes 12/7 18hs.

Profesor de Matemática / Tribuna Docente CABA

No es ninguna novedad que el salario mínimo docente no llega a la línea de pobreza. Tan es así que hemos naturalizado hace tiempo la necesidad de trabajar doble jornada para que nuestro sueldo nos permita cubrir las necesidades básicas. Pero el derrumbe de los últimos años ha sido tan marcado que está llevando a naturalizar, no ya la jornada doble, sino la triple. Es una práctica insalubre (mucho más en tiempos de pandemia) y que evidentemente deteriora fuertemente la calidad de la educación.

Un cargo no alcanza

Una comparación histórica entre el salario docente y las canastas de consumo que elabora la Dirección General de Estadística y Censos (DGEyC) de CABA permite apreciar claramente el retroceso en nuestro poder adquisitivo.

En marzo de 2016 el sueldo de unx Maestrx de Grado jornada simple representaba poco menos del 90% de la Canasta Básica que mide lo que necesita una familia tipo para no ser pobre. Para marzo de este año la relación quedó por debajo del 70%. Tomar los sueldos de marzo no es arbitrario. En marzo es cuando cobramos la parte más importante de la paritaria y por lo tanto es el momento de mayor poder adquisitivo de un docente.

Si seguimos la comparación hasta hoy la situación sigue empeorando. En mayo el sueldo docente quedó un 35% por debajo de la línea de pobreza. Visto al revés, significa que haría falta un aumento del 54% para que el cargo simple alcance la Canasta Básica. Y si proyectamos hacia delante tomando el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central y las cuotas que faltan de la paritaria, terminaríamos el año cobrando un 37% menos que la línea de pobreza.

Ahora bien. Para justificar estos salarios de miseria, el gobierno argumenta que la mayoría de lxs docentes trabaja doble jornada. Es un argumento cínico, porque se pretende usar como justificativo lo que en verdad es una consecuencia de la miseria salarial. Si el sueldo de un cargo alcanzara para vivir, difícilmente unx docente elegiría el autosacrificio de trabajar dos o tres cargos. Docentes sin tanta sobrecarga laboral (y sin tantos alumnos) redundaría en clases mejor preparadas y una mayor atención sobre cada estudiante e incluso en más tiempo de estudio y perfeccionamiento docente. Pero, veamos, ¿en qué situación está hoy unx docente que trabaja jornada completa?

Dos cargos no alcanzan

La Dirección General de Estadística y Censos de CABA fija como sector de “clase media” a aquellos hogares cuyo ingreso total mensual es de al menos 1,25 veces la Canasta Total (que además de la canasta básica incluye gastos en indumentaria, salud y bienes durables la vivienda). Para mayo ese valor daba $96.994, similar a la canasta familiar que calcula la junta interna de ATE-Indec que fijó en mayo en $99.929. Así que tomamos este indicador y lo comparamos el sueldo de unx Maestrx de Grado jornada completa con 10 años de antigüedad.

Tomando, como hicimos antes, los marzos de los últimos años, vemos cómo vienen cayendo los ingresos docentes en relación a este indicador y como en el último año, unx maestrx jornada completa quedó fuera de la “clase media”.

Y si representamos la evolución del salario y de este indicador en el último periodo, se puede cuantificar este hundimiento. En marzo del año pasado, el sueldo de unx maestrx jornada completa con 10 años era prácticamente igual al límite de la clase media definida por la DGEyC. En mayo de este año, al mismo docente le faltaron $15.221 para llegar a ese piso. Y, de vuelta, si proyectamos a lo que queda del año tomando el REM del Banco Central y las cuotas que quedan de la paritaria, la diferencia se agranda.

¿Tres cargos? Tampoco

Esta realidad está llevando a muchxs docentes a tomar un tercer cargo, o más de 40 horas en el caso de media y curriculares. Pero, más allá de lo insalubre y negativo para la educación, esto tampoco resuelve la cuestión salarial. Ocurre que después de los dos cargos (o de las 40 horas) la mayor parte de los ítems que componen nuestro sueldo se dejan de pagar. Esto se agravó en la última paritaria porque la suma correspondiente al Decreto 483 que se seguía pagando (aunque con un valor menor) hasta la hora 50 ahora topa en las 40 horas igual que la mayoría de los ítems.

Así que lo único que “sobrevive” del sueldo después del segundo cargo es el básico, la antigüedad y el presentismo (si no te enfermás, no hacés paro y no te tomás un día por nada). Entonces, mientras unx maestrx jornada completa con 10 años cobra $81.774, si suma un tercer cargo solo llega a $94.200. O sea que ni pasando 12 horas por día en un aula llega a la “clase media” de DGEyC.

Luchemos por el salario

Es evidente que el caso de la docencia porteña no es una excepción. El conjunto de las y los trabajadores hemos visto nuestros salarios derruidos, primero con Macri y ahora con Alberto Fernández. Y en todo momento, con la complicidad de la burocracia sindical. En el caso particular de la docencia porteña está situación es el resultado de una convivencia pacífica de años de la dirección kirchnerista de UTE con el gobierno de Larreta. La celeste de UTE no solo firmó la última paritaria, sino que nos vendió un “blanqueo” trucho que para la mayoría de lxs docentes fue lo opuesto. Así lo comprobamos al cobrar el aguinaldo de junio y notar que el aumento respecto al de diciembre fue casi nulo.

Frente a esta entrega, destaca el rol de Ademys que rechazó y se esforzó por organizar a la docencia contra los acuerdos que destruyeron nuestro salario. Ahora el Consejo Directivo de Ademys votó una campaña por la reapertura de paritarias, por un aumento no menor a 50% para todas las escalas y cargos, por un salario inicial de $65.000, cláusula de actualización automática por inflación y el pase al básico de todas las sumas en negro o con topes. Junto con la cuestión sanitaria y la presencialidad este va a ser uno de los ejes de la asamblea docente convocada para este lunes 12 de julio. A la luz de este análisis, luchar este programa se impone como una necesidad urgente.