La apertura de las escuelas, autorizada ahora por el ministro de Educación nacional Nicolás Trotta, y perseguida en CABA desde hace tiempo por Horacio Rodríguez Larreta y su ministra del área Soledad Acuña, tiene varios motivos, pero ninguno pedagógico. Responde a un lobby patronal para liberar trabajadores con licencia por cuidado, aumentar la actividad económica con la circulación de millones de docentes y estudiantes, y avanzar en un régimen flexibilizador para los trabajadores de la educación. Siguiendo este último punto, el caso de los auxiliares de portería es uno de los eslabones más débiles de todo un andamiaje precarizador.

¿En qué condiciones están las escuelas?

En los últimos días Larreta y Acuña plantearon que, para séptimo grado y quinto año, los docentes den clases en los patios de las escuelas. En ellas los auxiliares de portería y los caseros sostienen la limpieza a destajo, ya que falta personal en los establecimientos y no hay suficientes nombramientos en la planta orgánica funcional (POF) que cubran las necesidades edilicias.

La cuestión no termina ahí. Los elementos de limpieza e higiene son pésimos y escasos en la mayoría de las escuelas. Se arrastra desde antes de la pandemia el abandono de obras edilicias y problemas estructurales graves como la falta de gas y el mantenimiento deficitario que realizan empresas tercerizadas. No hace mucho sufrimos un escándalo en los medios de comunicación cuando, luego de una invasión de ratas, en un jardín del distrito 12 (Flores) un auxiliar de portería fue mordido por uno de los roedores. Para muestra, basta un botón.

El hecho de que se plantee también realizar clases en clubes y parques refleja el gran deterioro edilicio de los establecimientos educativos, que no cuentan con la inversión en infraestructura mínimas para garantizar condiciones sanitarias elementales.

Riesgo sanitario y salarios congelados

Ante la apertura de las escuelas porteñas, y la vuelta a clases en un momento donde la pandemia sigue disparando elevados niveles de contagios y muertes, hay un detalle crucial que no debemos dejar pasar: los auxiliares de portería fueron considerados trabajadores esenciales y refuncionalizados para trabajar en la entrega de bolsones de comida y merenderos junto a los trabajadores precarizados de los comedores escolares. Esta situación, combinada con las precarias condiciones de trabajo, llevó a muchos trabajadores al contagio, mediante una exposición que ahora se multiplica.

En las sedes administrativas que aún conservan al personal de limpieza en su planta orgánica, los auxiliares no tuvieron el derecho a la cuarentena: los más de cien auxiliares que trabajan en estas subsedes ministeriales tuvieron que garantizar el servicio pese a que la actividad administrativa estaba paralizada por decreto nacional. Muchos de ellos se vieron obligados a hacerlo ante la evidencia del avance privatizador de la gestión.

Desde que comenzó la pandemia los auxiliares no recibieron por parte del Ministerio de Educación ningún tipo de plus salarial por realizar tareas presenciales. El salario inicial de bolsillo está en los 30 mil pesos, que es la base de la carrera municipal, y está congelado desde marzo. Sólo hubo un bono miserable por única vez de 5 mil pesos en octubre, que no cubre ni un tercio de la inflación de los últimos tres meses. Los auxiliares de portería no están expuestos sólo por su salud, también por el hambre.

Vaciamiento y tercerización

La política de conjunto que el gobierno de Larreta y Acuña tienen para los auxiliares de portería combina el vaciamiento y la tercerización. La ausencia de nombramientos en los cargos, donde no rige el alta por baja, se propone la liquidación total de toda la planta transitoria y permanente que está amparada por la ley 471. Sucesivamente estos agujeros se van reemplazando por empresas tercerizadas, que ya han tomado a su cargo la limpieza del nuevo edificio del Ministerio de Educación -a través de un negocio ligado al Jefe de Gabinete Felipe Miguel- y empiezan a desembarcar en las escuelas.

El pesado lastre de la burocracia de Sutecba

La burocracia de SUTECBA montó en el sector de auxiliares de portería una mesa de trabajo dirigida por Emiliano Genta. Desde hace tiempo ya tiene pactada la apertura de las escuelas y, además de justificarla, organiza reuniones virtuales para explicar lo inexplicable: no hay plus, no hay URSES, no hay horas nocturnas, en síntesis, no hay nada para los trabajadores. El sector “opositor” del disminuido Zocalli, comparte con el “oficial” el apoyo a Amadeo Genta, cada vez más expuesto como un secretario de Larreta, cómplice de la postergación indefinida de la paritaria y de los salarios congelados en el gremio municipal. El lastre de la burocracia sindical es más pesado que nunca y es necesario avanzar en la organización independiente de los auxiliares para sacárselo de encima.

Rechacemos la apertura, avanzando en la organización de los auxiliares

Es necesario rechazar la apertura de las escuelas que va a significar un paso más en una escalada de ajuste y precarización. Ademys (docentes) ya resolvió un paro para el 13 y 14 de octubre, un camino a seguir. Para los auxiliares es preciso avanzar en asambleas por distrito para votar un paro y medidas de lucha. El clima de zozobra y bronca que recorre el sector debe convertirse en organización para pelear por todas las reivindicaciones. Desde Tribuna Municipal buscamos hacer un aporte en esta perspectiva con un relevamiento de las condiciones laborales.

-No a la apertura de las escuelas. Basta de exposición y precarización.

-Por protocolos de seguridad e higiene controlados por los auxiliares de portería. Licencia para los grupos de riesgo. Provisión de elementos de protección de calidad, y materiales de limpieza adecuados.

-Recomposición salarial del 30% y actualización mensual por inflación. Plus de 20 mil pesos por trabajo presencial.

-Basta de vaciamiento. Adjudicación de todos los cargos de las POF. No al avance de la tercerización, pase a planta de las cuadrillas tercerizadas.