Sindicales
18/4/2013|1264
Caló reniega de su propio reclamo
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Antonio Caló, secretario general de la UOM, inició las paritarias con el reclamo de un 35% en tres cuotas de 15, 10 y 10% a pagar en abril, julio y -la última- en enero de 2014. Pero antes de que su gremio llegara a alguna medida de fuerza, ha bajado su reclamo al 25% en dos cuotas anuales.
El año pasado, la paritaria metalúrgica cerró con un 23% y dejó a los metalúrgicos con un salario de hambre de 3.900 pesos y 1.100 en negro, los que no se incorporaron nunca al básico. Esto cuando la inflación llegó al 30% y la canasta familiar ya traspasa los 8 mil pesos. Los pagos en negro y el trabajo a destajo continúan en todo el gremio -incluso, en muchos casos, las patronales absorben el aumento del salario en negro. El trabajo por agencia y precarizado es generalizado en la UOM.
La directiva de Belén, Gutiérrez y Caló ha dejado a los metalúrgicos con los peores salarios de la industria. La dirección del gremio reclama en la paritaria una letra "chica", que la llevaría a "flexibilizar" su reclamo, solicitando que las cámaras metalúrgicas pasen a aportar del 6 al 8% y que esos aportes patronales pasen a la obra social de la UOM, que -según el gremio- se encuentra en una gran crisis. De acceder a este pedido, serían nuevamente los metalúrgicos -a costa de su salario- los que rescatarían la obra social, pues las patronales descontarán de la negociación esos aportes.
Las declaraciones de Caló, señalando que el salario básico de un metalúrgico no debe bajar de los 5 mil pesos, suenan a burla dentro del gremio. Por ejemplo: en el cordón de San Lorenzo, se ha firmado un acuerdo que establece un mínimo de 7.200 para el trabajador de cualquier gremio, sea efectivo o contratado. Por lo tanto, en ese lugar los tercerizados metalúrgicos ganan más que los efectivos de la UOM en todo el país.
Las asambleas de fábrica y los congresos de delegados han sido muy claros en reclamar 35% sin cuotas y que no se firme ningún acuerdo a espaldas de los trabajadores. En muchas fábricas se empieza a discutir que los delegados lleven mandatos al congreso de Mar del Plata, hartos de que se cocinen acuerdos a sus espaldas. Que la dirección de Caló se baje del reclamo inicial confirma plenamente las críticas de los propios delegados. Por el 35% de aumento y en un pago, nada de cuotas. Asambleas fabriles en esta dirección.