La lucha por la reincorporación de más de 60 trabajadores de Calsa ya supera los 45 días. Los trabajadores siguen acampando en la puerta de la fábrica y el paro de la producción es total.

Las decenas de audiencias en el Ministerio de Trabajo bonaerense dejan en evidencia que no hay voluntad alguna del gobierno ni de la empresa de solucionar el conflicto. El Ministerio propuso una conciliación obligatoria, pero licenciando a 20 trabajadores -quienes quedarían afuera de la planta- es decir, una conciliación trucha. Los trabajadores la rechazaron, teniendo muy presente la estafa que Scioli le hizo, recientemente, a los despedidos de Gestamp.

En los últimos días, la empresa, que se niega a reincorporar a todos los despedidos, ha publicado varias solicitadas en diferentes diarios nacionales acusando de violentos a los trabajadores, y pidiendo a la policía que cumpla con la orden de desalojo. Junto a estas provocaciones de la patronal, hay que agregar que varios trabajadores han recibido una citación de la Justicia para declarar por la acusación de coacción agravada.

Los trabajadores siguen firmes, en defensa del sustento de sus familias. Continúan realizando acciones de lucha y difusión, recorridas con el fondo de huelga y festivales, entre otras iniciativas.

El sindicato se ha negado sistemáticamente a impulsar un plan de lucha por el reclamo de las reincorporaciones ante el planteo reiterado por parte de los trabajadores en las asambleas en la puerta de la fábrica. Esta experiencia de lucha está acelerando importantes conclusiones, principalmente en el activismo.

En el marco de la paritaria de la alimentación, se hace urgente una acción del conjunto de los trabajadores y sumar el reclamo de reincorporación de todos los trabajadores de Calsa al pliego de reivindicaciones. Es necesaria una asamblea general del Stia que vote un plan de lucha para quebrar la intransigencia de esta patronal negrera y del Ministerio de Trabajo.

Emiliano Bonfiglio