Sindicales
16/2/2012|1211
Camioneros con la marcha atrás
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El cierre provisional del conflicto en Camuzzi es un retroceso en chancletas del poderoso sindicato camionero. Los 81 despedidos serán “reubicados” al término de los 60 días de “conciliación voluntaria”. En caso de pasar al Correo Argentino, que se hace cargo de la distribución de boletas en Chubut, los compañeros sufrirán una baja salarial. Y se van del gremio, en lo que sería un desencuadramiento camionero, después de tantos reencuadramientos.
Pero, con todo, es apenas de la punta de un iceberg, puesto que ya hay dos licitaciones más de Camuzzi para revisar la distribución en otras provincias y se trata de un ajuste que puede venir en cascada por parte de todas las privatizadas, como parte del paquete en preparación de cortes de subsidios. La rama clearing y distribución que incluye a grandes empresas como Oca o Andreani está enteramente en la picota y más aún cuando en Oca casi la mitad de su salario es por piezas, con un básico en las 8 horas de tres mil pesos.
En cuanto al salario, a la atenta prensa de las “corpos” se les pasó un camión. No sólo no hubo los reclamados 2.500 pesos para navidad, la cosa terminó en arreglos de tres cuotas según ramas: choferes y recolectores dos cuotas de 750 pesos en febrero y marzo. Logística, tres de 500 pesos de enero a marzo y clearing y distribución 600 pesos en marzo y 400 pesos en mayo y junio, con un salto en abril porque está la última cuota de 6% del año anterior.
La paritaria camionera espera julio con estos módicos importes para hacer pasar el trago amargo de tarifazos que vendrán con todo a partir de abril.
Pero no es el único problema. Macri prepara, con aval K, la reunificación de tres áreas de la recolección de capital: Cliba, AESA e Integra, y más de diez cooperativas que hacen el mismo trabajo de barrido, lo cual supone una racionalización de personal para abaratar todo el servicio, algo que afectaría puestos de trabajo y condiciones de convenio.
La réplica bonaerense de esta situación es la tensión con decenas de intendentes respecto de los precios del servicio de recolección, sobre la continuidad de Covelia, e incluso respecto de posibles municipalizaciones como vía de ajuste, algo que el “Barba” Gutiérrez tendría en carpeta en Quilmes.
Mientras tanto, las cámaras patronales camioneras informan del parate de unos 30 mil choferes por la sequía y el freno a las importaciones (Perfil, 29/1). Lo cual está haciendo estragos en los bolsillos de esas familias camioneras porque ellos cobran por kilómetros, viáticos y extras gran parte del elogiado salario camionero que así queda reducido a su básico de 3.100 pesos.
Este es el cuadro sindical del gremio, sin entrar en la cuestión de la obra social, donde crece la bronca del afiliado porque hay predios y edificios por todos lados con el cartel camionero pero los turnos médicos llevan meses. Es decir que la Oschoca ha usado sus ventajas de manejo de fondos respecto de otras obras sociales para la especulación inmobiliaria, no para la salud.
Moyano debería empezar por casa, convocando a asambleas de empresas y ramas del gremio para frenar el ajustazo y el tarifazo que no es apenas un dato “nacional”, sino que ha empezado en su propio gremio. Se necesita un “huracán” con votación a mano alzada, con programa y plan de lucha.