Sindicales
26/4/2020
Cattorini: la patronal contra la cuarentena
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Siguiendo la hoja de ruta del conjunto de los capitalistas argentinos, la fábrica de vidrio Cattorini Hnos. lanzó una ofensiva contra el salario de sus trabajadores en este cuadro de cuarentena. En un principio, la patronal informó, a coro con los representantes del sindicato, que pagaría el 60% del salario a aquellos trabajadores que decidieran no concurrir a trabajar respetando el aislamiento, verdaderas suspensiones encubiertas. Sin embargo al momento del cobro de la quincena los compañeros se encontraron con que las sumas percibidas eran insignificantes y sin criterio alguno. El ataque al salario es una orientación que replica toda la burguesía industrial para romper definitivamente la cuarentena y pujar por subsidios estatales y créditos a tasa cero.
Desde el 9 de abril, la patronal comenzó a presionar a sus obreros para que concurran a trabajar, alegando que se encontraba habilitada para funcionar al 100% por su lugar en la cadena de valor de la industria alimenticia. Pero la planta produce principalmente envases de cervezas, fernet y vinos. Nada tiene de esencial su producción. A pesar de esto, la dirección del SOIVA (Sindicato Obrero de la Industria del Vidrio y Afines), que venía negociando suspensiones al 60% en el gremio, lejos de cuestionar la esencialidad de las tareas militó activamente a través de Whatsapp para quebrar la cuarentena. La comisión interna está alineada sin fisuras a la dirección sindical.
Los trabajadores denuncian un cuadro de potenciales contagios, informando que la fábrica no los provee con los elementos de sanidad básicos (barbijos, guantes, etc.) para ejercer sus tareas de forma segura.
Alberto Fernández viene dejando pasar cada vulneración empresarial al cumplimiento del “aislamiento social preventivo y obligatorio”, incluso también en lo respectivo a garantizar el acatamiento del limitado DNU que prohíbe despidos y suspensiones. Esto es manifiesto, no solo por el carácter de clase que define al gobierno, sino por el ejército de patronales que han obligado a sus trabajadores a concurrir a sus puestos a punta de rebajas salariales y amenazas de despido. Todo este operativo de ajuste se ha desarrollado bajo el manto colaboracionista de las distintas burocracias sindicales que actúan de lobbystas de sus respectivas patronales para reabrir las fábricas.
Planteamos la necesidad de luchar por el pago íntegro de los salarios y la prohibición efectiva de despidos y suspensiones, así como el no funcionamiento de las industrias no esenciales. Junto con esto, es necesaria la creación de un comité bajo control obrero que garantice las medidas sanitarias esenciales para proteger la salud de los trabajadores es imperiosa.