Sindicales
24/8/1988|238
Frente único, sí; disolución de la Violeta, no
Cavalieri adelanta las elecciones de Comercio

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En una “asamblea general", minoritaria y fraudulenta, convocada de sopetón y donde sobraban matones armados y faltaban trabajadores de Comercio, la burocracia de Cavalieri modificó los estatutos del gremio de Capital (para adaptarlos a la ley de asociaciones) e impuso una junta electoral adicta. La oposición fue acallada mediante gritos y “apretadas". De esta manera el cavalierismo puso en marcha el proceso electoral en el gremio, un año antes del vencimiento de su mandato.
El adelantamiento de las elecciones probablemente tenga que ver con la intención de Cavalieri de asegurarse por otros tres años el control del sindicato, antes que aparezca una trenza rival dirigida por el menemismo, que pueda disputarle la conducción. Cavalieri que apoyó a Cafiero en las internas del PJ, se cubre así contra las eventualidades que pueda provocar el movedizo panorama justicialista.
Como oposición burocrática a Cavalieri está la Verde de Inés Dighian, sector desplazado hace años de la conducción y que responde a Andreoni y los “25".
La oposición antiburocrática es la Violeta, agrupamiento de activistas, delegados y la izquierda, que en el '86 dio dura batalla contra el fraude cavalierista y se ganó la única posición clasista y combativa que existe en el gremio. Se presenta ahora la oportunidad de un reagrupa-miento en la violeta del activismo anti patronal, duramente golpeado en los dos últimos años por la alianza patronal-Cavalieri, concretada en despidos, traslados, aplazamiento de elecciones de delegados, etc.
Las direcciones del Mas y del PC están impulsando una política que puede conducir a la desaparición de la Violeta. Proponen una lista única con hegemonía de la Verde. El Mas en particular, aparece dispuesto a que el color y el 66% de los cargos queden en manos de la Verde. Actúa abiertamente como un vocero de los 25, en nombre de una unidad "democrática” de la oposición contra Cavalieri. A partir de aquí la Verde exige la integración a su lista y a su color de un 25% de la Violeta, para montar la campaña electoral en fundón de dos listas peronistas y de ningún modo de la democracia sindical. En estas condiciones, una victoria de la Verde no sería de ningún modo "recuperar" el Sindicato, como pretende el Mas, y una derrota significarla la total desmoralización del activismo.
La alianza para sortear el fraude y las restricciones del cavalierismo, debe ser en condiciones democráticas, ¡lo contrario es disolver la organización clasista en beneficio de una fracción burocrática que apoyará a Menem, en 1989! Que un plenario de delegados y trabajadores de las listas vote el programa y los candidatos.