A fines del año pasado, la patronal del Centro Gallego decidió la “tercerización” del 100% del personal, que pasó a manos de la Fundación Galicia Salud. El propósito de esa “tercerización” era crear las condiciones para “racionalizar” personal (despedir, incrementar el ritmo de trabajo, etc.).

Detrás de la nueva “Fundación” se encontraría el Banco Bilbao Vizcaya y Euromédica, de reconocida trayectoria antiobrera en el gremio de la sanidad (Clínica Santa Isabel, etc.).

Apenas pasaron algunos meses de esta “tercerización”, y la Fundación anunció una drástica reducción de la sección enfermería y de las que son conexas con las áreas de internación (mucamas, etc.), así como la creación de un servicio de “enfermería domiciliaria”. Esto implica también una “tercerización de pacientes”, ya que se cierran camas del hospital y los pacientes pasan a internación… domiciliaria.

Para la patronal de la Fundación esta medida “goza del aval de las ideas médicas existentes en la actualidad acerca de la forma en que el servicio debe prestarse” (acta 20/3, presentada por la patronal en la audiencia ministerial reclamada por delegados opositores con el apoyo del Polo Obrero). Se trata, más bien, de las “ideas de los empresarios médicos” para bajar los costos de la internación a costa de la salud de los pacientes y el despido y superexplotación de los trabajadores de la sanidad.

Esta medida implica el drástico achique de camas y el cierre de secciones enteras que son fusionadas con otras secciones.

También vulnera los derechos convencionales de los trabajadores. En el convenio l03-75 de la sanidad ni figura la categoría del trabajador “domiciliario”.

Lo peor de todo es que, en forma unilateral y sin haber “consultado a las bases”, una parte de la Comisión Interna de Centro Gallego, dirigida por Izquierda Unida, ha avalado este proceder patronal antiobrero.

En un volante firmado por Lila Méndez (delegada general) y Héctor Santiago (delegado de sector) “integrantes de la Lista Bordó” y bajo el desvergonzado título de “Sí, lo conseguimos”, se informa que “con motivo de que la Fundación Galicia Saude ha resuelto la reducción de las camas de internación se va a implementar el sistema de internación domiciliaria, con atención del personal médico y enfermeras que se designarán a la brevedad”, informando que “para el personal de enfermería que se ha designado para la atención a domicilio hemos conseguido un plus por viáticos”. ¡Qué bueno! ¡Lo que faltaba era que los trabajadores pagaran de su bolsillo el viaje hasta la casa de los pacientes!

Esto es una entregada.

Por otra parte: ¿Con mandato de quién este sector de la Interna aceptó esta racionalización antiobrera, ajena por completo al convenio colectivo de trabajo?

La patronal aduce en su comunicado tener la “aprobación” de la Comisión Interna, pero ésta no realizó ninguna Asamblea con las enfermeras y por lo tanto no tiene mandato para firmar este tipo de acuerdos, que sólo perjudican a los trabajadores.

La patronal está presionando uno a uno a los trabajadores para que acepten la “nueva modalidad laboral” (amenazas de despido).

La agrupación Asis del Polo Obrero, alertó en diciembre pasado a los compañeros: “No aceptemos presiones para firmar ningún traspaso, cambios en las modalidades de trabajo, etc.”, planteando “que cualquier modificación en los métodos laborales, sólo se pueda poner en práctica si hay acuerdo … del personal directamente involucrado en dicha modificación”.

Un grupo de delegados ha impugnado esta arbitraria resolución de la Comisión Interna de IU, la patronal y la burocracia del sindicato (que no dio la cara, pero la patronal alegó tener su acuerdo), y elevó la denuncia al Ministerio de Trabajo. Estos delegados y activistas están firmando un petitorio contra estas medidas antiobreras y reclaman una urgente asamblea de los trabajadores de enfermería, mucamas y todas las áreas de internación para defender su convenio y los puestos de trabajo. Para el 3 de abril se ha fijado una nueva audiencia ministerial para discutir esta impugnación.

No firmemos bajo las presiones patronales; ningún traslado, defensa de los puestos de trabajo y del convenio colectivo.

Todo el gremio de la sanidad y el movimiento obrero se deben pronunciar.

“Que las bases decidan”: esta expresión tan propagandizada por IU, que les sirve para no definirse cuando hay que adoptar medidas de lucha, ha sido totalmente archivada cuando se trata de resistir la prepotencia patronal.