Sindicales

19/10/2022

CGT el 17 de octubre: dos actos, una sola burocracia

Vamos el 29 por las banderas socialistas en los sindicatos.

Acto de los "gordos" en Obras Sanitarias.

Desde Obras Sanitarias la CGT lanzó el 17 de octubre su Movimiento Nacional Sindical Peronista. El Día de la lealtad, que con Perón sin vida sería la lealtad al movimiento, proclamaron la lealtad a su casta para pelear algunos cargos de lo que pueda quedarle al peronismo tras la debacle del gobierno del Frente de Todos. Y lo hicieron expresamente en un acto “sin bandas ni bombos”… ni trabajadores, puesto que se confinaron en el pequeño estadio de Obras Sanitarias ante los núcleos de funcionarios de los sindicatos.

El choque entre los padecimientos y luchas de los trabajadores y este acto no puede ser más grande. Daer volvió a proclamar sin vueltas y sin retorno que la CGT es parte del gobierno. Es decir, no hay CGT. Su principal referente proclama la estatización formal del movimiento obrero en medio de una inflación del 100%, con los trabajadores que han descendido en los últimos seis años al 41,7% de participación en la torta nacional, lejos del fifty-fifty del que se jactaba Cristina. Lo hicieron Macri en sus últimos tres años y Alberto, Cristina y Massa en sus tres años de gobierno.

Como aquel jugador que se olvidó la pelota, a la CGT se le quedaron fuera del mapa de la clase obrera once millones de trabajadores, la mitad en negro y la otra mitad “independientes” o monotributistas (5,4 millones y 5,3 millones respectivamente, según el Indec). Pero están dispuestos a ir por menos todavía. El siempre estratégico Barrionuevo lo puso blanco sobre negro: “olvídense de la reforma laboral, no hace falta, la hacemos nosotros gremio por gremio”. Más clarito echarle agua. Se trata de una coincidencia de fondo con el planteo de Daniel Herrera, capo de Toyota, quien lideró el Coloquio de Idea este año, que propone extender el acuerdo flexibilizador de Toyota y de la industria automotriz a todo el movimiento obrero.

La CGT al poner su eje en los cargos políticos que pudieran morder del alicaído peronismo 2023 ha dicho más por lo que omite que por lo que dice. Se prepara para la agenda de fondo que traerá el nuevo gobierno y que ya aplica Massa, reforma laboral, previsional, impositiva regresiva, ajuste en todos los planos. Y eso tuvo expresiones en cuanto a las candidaturas que la burocracia promueve. Acuña dijo que su candidato es Massa, el hombre de Washington. Barrionuevo se hace el niño disruptivo y dice que su pollo es Wado de Pedro, el kirchnerista dedicado a tejer relaciones con todo el establishment, que incluso acompañó a los gobernadores del norte a Estados Unidos en la gira de la entrega del litio a los pulpos mineros.

Es cierto que hubo otro acto, incluso con pretensiones de masivo. Pero miremos con un poco de cuidado. Fue modesto, ocuparon la mitad de la Plaza de Mayo y algo más, con la particularidad de que la mayoría de las columnas fue aportada por los intendentes que están haciendo su propio juego en la interna, como se expresa en la huida en masa de los exintendentes del gabinete (incluido el exgobernador tucumano) a defender sus pedazos de poder aunque sea cortando boleta como lo han hecho siempre. Y en este caso en internas feroces con La Cámpora y el Evita.

Máximo Kirchner habló de “traidores” de los trabajadores en obvia alusión al acto de Obras. Pero tuvo a su lado algunos como Yasky, Furlán, Amichetti o el ultrapatronal sin gremio Wasiejko, que no lucen por dar batalla alguna contra el ajuste y como hemos señalado en Prensa Obrera hasta vienen de reunirse con el embajador norteamericano como Baradel y líder de la CTA de los trabajadores. Completaron el cuadro el devaluado Godoy y el expulsado del Banco Nación Lozano, todos integrados el gobierno del FMI. Pablo Moyano lo puso en claro después del acto: “bancamos al gobierno aunque tenemos reclamos”, “déjense de joder y júntense”, en referencia a Alberto y Cristina, los sostenes del superministro del FMI. Ruptura ninguna, canal de lucha cero. Al contrario, no habló el camionero y en su lugar Paco Manrique del Smata tuvo palabras de contemporización diciendo que la CGT está en los dos lados. Y anotemos un detalle fundamental, Manrique habló en la plaza kirchnerista dos días después que Pignanelli fue a vociferar junto a Gerardo Martínez contra el Sutna y su lucha al Coloquio de Idea por “pedir más de lo que las empresas pueden dar”, nada menos que los poderosos pulpos del neumático que se la llevan en pala.

Hay que desnudarlos y denunciarlos. Hubo dos actos pero una sola burocracia, de espaldas a las luchas y a las necesidades perentorias de la clase obrera. Se suceden agudas luchas docentes en Santa Fe, en la Provincia de Buenos Aires, en las universidades donde se rompe el sindicalismo kirchnerista por la magnitud del ajuste, luchan los municipales de Moreno contra sus salarios en línea de indigencia mientras la intendenta del Evita gana un millón de pesos, luchan los residentes y concurrentes de la Ciudad y del Gran Buenos Aires, paran los choferes del interior de una UTA en estado de ebullición. Hay una olla a presión entre los trabajadores de la cual la huelga del Sutna fue un emergente, un laboratorio del potencial de la clase obrera.

La cuestión es poner en pie un sindicalismo con banderas socialistas. Quiere decir de independencia de clase, antagónico a todas las alas de la burocracia sindical integradas al peronismo del FMI o sea independiente del Estado y de las patronales, basado en la democracia sindical, en los métodos de lucha propios de la clase. O sea un sindicalismo clasista que se oriente por una salida de los trabajadores a la crisis a partir de la lucha por sus reivindicaciones. En unidad de ocupados y desocupados, que se una a la formidable batalla de la Unidad Piquetera. Todo lo que vimos desarrollarse en la huelga del Sutna y lo que vemos en las duras batallas de nuestra clase trabajadora que a menudo debe autoconvocarse para superar el corsé de la burocracia sindical. El 29 de octubre en Plaza de Mayo y en todo el país haremos flamear esas banderas, para impulsar que desde el movimiento obrero aportemos a la construcción de un movimiento popular con banderas socialistas. Las del gobierno de los trabajadores.