El día viernes 70 trabajadores de la construcción recibieron telegramas de despedidos. Trabajan para la empresa Luciano S.A. en la construcción de un puente sobre el río Curi Leuvú, en la zona norte de Neuquén.

La obra estuvo funcionando durante todo el mes de marzo con normalidad, ya que las obras públicas están exentas de las restricciones por la cuarentena. La empresa argumenta que los despidió por la veda climática establecida por la Dirección Provincial Vialidad (D.V.P.), que indica que a partir de esta época pueden cesar las obras por inestabilidad climática. En realidad se trata de un apriete de la empresa al Estado ante el retraso en el pago de obra.

La obra tiene un presupuesto de más de 400 millones de pesos, y fue anunciada con bombos y platillos por el gobernador en 2019. En esa oportunidad Omar Gutiérrez afirmó que era una obra estratégica “por su complejidad técnica, armado, desarrollo arquitectónico, cálculo, infraestructura y por su función estratégica y estructural, que hace al desarrollo local y del norte neuquino”. Pero más allá de los estruendosos anuncios y afirmaciones del mandatario, lo cierto es que la obra tuvo constantes interrupciones desde los inicios por reclamos de ropa de trabajo o un lugar para almorzar o tomar el refrigerio durante su tiempo de descanso durante la jornada laboral.

Con estos despidos, que se suman al no cobro de haberes de los mineros en Andacollo, la zona encara la temporada invernal con una alta desocupación, pobreza y carente de la ayuda social para soportar el frío y la nieve durante los próximos meses.

El Estado debe pagar a los obreros una garantía salarial si ha sido el que ha indicado el cese por el inicio de la veda climática.