Sindicales

11/5/2000|665

Ciccone: despido, huelga y reincorporacion

La patronal de Ciccone les ‘regaló’ 19 despidos y 30 suspensiones a sus trabajadores en vísperas del día internacional de los trabajadores. Lo hizo sin previo aviso, y con un texto propio de la época de la dictadura militar: por “manifesta r en la puerta el jueves 27” (fuera del horario de trabajo), por “gritar como en una cancha de fútbol” y por “ensombrecer el buen nombre e imagen de la empresa cortando el tránsito durante dos horas” (en la colectora de la Panamericana).


Se trató de una sorpresa política para el sindicato, pues su secretario gremial había pedido a la asamblea de taller, 24 horas antes, un voto de confianza en sus métodos de ‘diálogo’, frente a una situación de vaciamiento de trabajo y los atrasos sistemáticos en los pagos.


Pero no fue una sorpresa para los gráficos y mucho menos para la lista Naranja, que negó la crisis de este pulpo que abrió plantas en Chile y China, y reclamó el acceso a sus libros y el conocimiento de los contratos multimillonarios de la empresa.


El pronunciamiento naranja posicionó al taller contra toda suspensión de trabajadores, y contra la aceptación de los retiros voluntarios (al 70% y en cuotas). Propusimos además que se convocara al plenario general de delegados para discutir la participación en la lucha contra la Reforma Laboral.


En la madrugada del 2 de mayo, la propia Comisión Interna, en sintonía con todo el activismo del taller, llevó la moción de huelga, “porque si tocaron a uno tocaron a todos”. Al rato, algo inédito: llegaba Ongaro al frente de una ‘comitiva’ de 30 personas para hablar con la patronal.


Pocas horas después salía para anunciar con un discurso “presidencial” (Ongaro 2004), la reincorporación de despedidos y suspendidos. La huelga había triunfado por segunda vez en un mes, ahora reicorporando a los despedidos, entre los cuales estaban los principales activistas de la Naranja en el taller.


Más allá del show ongariano, el golpe asestado a la patronal es enorme. La impunidad con que esta patronal atrasa los pagos y recorta conquistas (bonificación) empezó a ser quebrada por un salto en la conciencia y la organización del taller.


El domingo 30 de abril La Nación dio cuenta en tapa y a página entera, del enorme negociado de los pasaportes por el cual Ciccone facturará 21 millones de dólares anuales. Se trata de un trabajo que equivale a 5 veces los salarios anuales de la planta. El recorte de La Nación fue acercado por la Naranja al taller ese mismo día, lo cual obligó a la patronal a retroceder. Pero el futuro sigue conflictivo. Por primera vez en una década, Ongaro adhirió al paro del 5 de mayo, aunque sin organización ni programa. Reclamemos entonces un inmediato plenario de delegados para encarar la lucha por 600 pesos de mínimo, por convenio único para toda la industria, por el reparto de horas sin afectar el salario ante cualquier despido, por el apoyo a Ciccone, Letta, Crónica y todos los talleres en conflicto. Viva vuestra lucha compañeros de Ciccone.