Sindicales

18/9/2008|1055

Cierre de paritarias en Cicop

de Matanza

Después de seis semanas consecutivas de paros y casi tres meses de conflicto se levantó el plan de lucha de Cicop, sindicato que agrupa a los profesionales de la salud de la provincia de Buenos Aires. La lucha se inició tras el incumplimiento de los acuerdos de paritarias previas en relación con el nombramiento de profesionales y la incorporación de 700 cargos nuevos. Al calor de las luchas del conjunto de los estatales se sumaron a los reclamos el aumento salarial y la defensa del IPS. Al inicio de estas seis semanas, la posición frente al gobierno fue más conservadora y se le dio una semana más de chance para que presente un cronograma de nombramientos, pedido para principios de julio.

El ministerio de Claudio Zinn, caracterizado por sus provocaciones contra los médicos de la provincia y por sus bravuconadas, no se presentó a las paritarias sectoriales lo que permitió el avance de las posiciones más combativas y la votación de paros y movilizaciones en forma unánime en los congresos de delegados subsiguientes. Incluso la efervescencia de la lucha llevó a votar acciones conjuntas con otros gremios estatales que se llevaron adelante, no sin maniobras, venciendo el cerco burocrático que impidió estas medidas en el pasado. De conjunto, la lucha quebró el cerrojo que el gobierno provincial había planteado al comienzo de la misma, pero en todos los casos por debajo de las expectativas planteadas por las seccionales.

El cronograma de nombramientos y cargos nuevos es más laxo de lo planteado y no se exigió cláusula alguna que garantice su cumplimiento a la hora de levantar las medidas. El aumento salarial anunciado es menos de la mitad del reclamado por la mayoría de las seccionales.

Las direcciones de los gremios estatales de la CTA de la provincia de Buenos Aires declararon durante el conflicto, bajo el recurso discursivo de la “redistribución de la riqueza”, que se podían aumentar los salarios si se asignaban a los trabajadores los recursos destinados a subsidios a las corporaciones amigas del gobierno, pero se cuidaron de reclamar el aumento del impuesto inmobiliario a los productores agropecuarios. También evitaron llamar a congresos regionales de la CTA para afianzar la lucha intersindical y mejorar la oferta salarial general.

Esta semana se realizarán asambleas para balancear este cierre en las distintas seccionales, lo que ofrece la posibilidad de sacar conclusiones importantes a la luz de la precariedad de los acuerdos.

En ningún caso se pueden omitir las limitaciones a la hora de mantener movilizaciones masivas, pero tampoco se puede soslayar que lo que rompió el cerrojo gubernamental fue la predisposición a la lucha que se evidenció en las últimas semanas. Lo inestable de los acuerdos augura nuevos conflictos en breve plazo.