Los trabajadores de Clínica Privada Junín dieron un nuevo paso en defensa de sus puestos de trabajo al reabrir sus puertas bajo su propio control el jueves 13 (ver nota aparte).

El conflicto se ha transformado en una verdadera causa popular en la ciudad de Córdoba (los compañeros de los centros de desocupados preguntan en las asambleas barriales sobre el desarrollo del conflicto). Además, el establecimiento se transformó en un punto de reagrupamiento permanente de las luchas (no hay movilización que no termine con un acto en su puerta).

Maniobra intimidatoria

El día anterior a la reapertura, el gobierno tomó nota de la popularidad del conflicto y rodeó de efectivos de la Guardia de Infantería el edificio. Pero la intimidación salió mal. En minutos el edificio fue ocupado por más de doscientas personas entre las que se encontraban el cuerpo de delegados del Polo Obrero, una movilización de vecinos autoconvocados, el bloque legislativo de Izquierda Unida, dirigentes y activistas sindicales, etc. La maniobra fracasó y la policía debió retirarse ante la presencia de las organizaciones que apoyaban a los trabajadores.

Reapertura y perspectivas

Los compañeros decidieron reabrir la empresa y ponerla a funcionar, pero tienen claro que la solución definitiva pasa por la estatización de la empresa y el envío de partidas presupuestarias para garantizar su funcionamiento. Mientras tanto avanzan con la reactivación.

La importancia de esta lucha está dada porque, frente al derrumbe del régimen social y económico capitalista y al caos que de ello se desprende, los trabajadores con su lucha y con su acción se transforman en los garantes del orden y el normal funcionamiento de la sociedad, abriendo las puertas a la reorganización social y económica del país según el interés general.