Sindicales
29/4/2004|848
Comentarios sobre la VI ANT
Algunas cosas que pasan
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La VI Asamblea Nacional de Trabajadores fue la más numerosa en su historia, contó con la mayor presencia sindical y votó un plan de lucha que vuelve a poner a la clase obrera en el centro del panorama político del país.
Hubieron más de 4.000 delegados, que representan a 40 organizaciones de desocupados o son representantes sindicales o fueron elegidos por sus compañeros especialmente para la ocasión. Se repartieron en diez comisiones: Plan de Lucha, Resolución Política, Desocupados, Sindical, Jubilados, Campesinos, Género y Diversidad Sexual, Juventud, Derechos Humanos y Salud.
– Hubo un notorio incremento en la participación en todas las comisiones, pero esto fue especialmente notorio en la Comisión Sindical y en la de Juventud. En la Comisión Sindical, centenares de activistas obreros realizaron intervenciones que compartían experiencias de lucha, socializando los métodos. Personalmente, la comisión interna de la que formo parte y una delegación de compañeros y compañeras participamos de esta comisión.
– El debate en la Comisión de la Mujer fue muy nutrido, las intervenciones tuvieron la conjunción de la experiencia personal con las grandes conclusiones políticas. Elaboraron un programa y un plan de acción. La comisión pasó a llamarse de Género y Diversidad Sexual.
– La ANT tuvo lugar en el predio que ha arrancado el MTL al gobierno porteño en Parque Patricios (cerca de casa, pude ir caminando bajo el sol tibio las dos jornadas). En el lugar, una antigua fábrica, construirán viviendas. Las comisiones se desarrollaban en inmensos galpones, algunos semiderruidos. Cada galpón era un hervidero de hombres y mujeres debatiendo, haciendo chistes, de niños corriendo y madres amamantando a sus bebés. La seguridad fue impecable, habría sido imposible montar una provocación como el último 20 de diciembre. En cuadras a la redonda no había un solo policía. Era una ciudad del futuro. Entre los galpones, los descampados servían para que las corrientes políticas de la clase obrera ofrecieran sus materiales, los microemprendimientos mostraran sus productos, la gente tomase sol. Unos finladenses, otros yanquis, algunos italianos que participaron luego del Congreso Mundial de la IV Internacional, se paseaban orondos y felices por este gran predio. Todos comieron, en algún momento, los deliciosos platos de las ollas populares, los choripanes del buffet del MTL y las tortas fritas calientes de Sasetru Gestión Obrera. También sus riquísimas empanadas de carne a 0,50 centavos la unidad. La docena costaba 5 pesos.
– Se sumó a la ANT el Movimiento Sin Trabajo ‘Teresa Vive’. Los compañeros ferroviarios que están ocupando en Haedo las instalaciones mandaron una delegación (el “Pollo” Sobrero pertenece al MST). Sus planteamientos se centraron en ampliar la ANT a la participación de la CCC, y mocionaron en contra de la caída de los gobiernos provinciales en crisis, aunque denunciaban sus políticas. El MTL se partió: Beto Ibarra no participó de las deliberaciones. En cambio, los sectores del MTL que responden a su línea política realizaron un plenario, y avisaron, durante el acto final y mediante un mensaje a Bitto, del MTR, que cumplirán con el plan de lucha votado. El PTS estuvo presente con una pequeña delegación que, moviendo acompasadamente las manitas, planteó que no existía la democracia en la ANT. Bien dijeron varios compañeros, en sus intervenciones, que estábamos en presencia de un caso de miopía política incurable. El debate estratégico se desarrolló, de manera física, en el imponente plenario final: los stalinistas del PC gritaban “luchando, creando, poder popular”, en contraposición a la consigna coreada por la mayoría: “luchar, vencer, obreros al poder”. Viejos debates que conservan una incesante y plena actualidad.
– Otro caso de miopía política es el de los compañeros de Indymedia. Sé positivamente que Sebastián Hacher no es proclive al sectarismo, pero considero que el resto del colectivo está hundido hasta el cuello en la charca autonomista. Con todo el respeto que me merecen los 20 compañeros de los pueblos originarios que se movilizan a Buenos Aires, creo que la ANT tiene, por lo menos, igual importancia que este descollante hecho de la lucha de clases. La cantinela de que “cada uno es un corresponsal”, usada con reiteración para deslindarse de responsabilidades políticas, es sólo una excusa que ya ha cumplido su rol histórico. Vendría bien un acto de sinceramiento al colectivo, que se autoerige como referencia de los medios alternativos. Que esté usando este medio para verter mis opiniones no excluye que el colectivo editorial tenga la responsabilidad de mostrar las suyas.
– Soy un militante trotskista del Partido Obrero, y defiendo la ANT, sus métodos y resoluciones. Esta sexta reunión sólo reafirma estas convicciones. Un momento personal de gran satisfacción se produjo cuando, al leer las resoluciones del plan de lucha sectorial o regional, el primer punto que se votó fue el apoyo a la lucha que mis compañeros y yo venimos llevando adelante. Se votó unánimemente que si la patronal insiste con los despidos terminada la conciliación obligatoria, la ANT se sumará al plan de lucha de los trabajadores. Se votó con aplausos masivos y cantitos de apoyo a la lucha de la clase obrera. Cierto tipo de emoción profunda y alegría recorrió mi cuerpo.
– Una vez que se votaron las resoluciones de todas las comisiones, en una asamblea general imponente, con debates expresados en cantos, en aplausos y abucheos, los referentes de cada una de las organizaciones hicieron brevemente uso de la palabra. Había terminado una Asamblea Nacional de Trabajadores más. La clase obrera que lucha se aprestaba a seguir luchando organizadamente. Las calles empedradas de Parque Patricios se poblaron, bajo la Luna, de miles de hombres y mujeres retornando a sus hogares, a sus barrios, a sus fábricas, con la satisfacción de un hecho más en el camino hacia el gobierno de los trabajadores y del pueblo. Yo me fui también, y luego al cine, al Festival de Buenos Aires. Es que había tenido una sobredosis de realidad plena, de realidad política y social. Una vez más, el frente de organizaciones de lucha había concluido su espacio de deliberaciones, su parlamento. A partir del miércoles nos reencontraremos en las calles.