Sindicales

18/9/2003|817

Comenzó la lucha salarial en el Hospital Ramos Mejía

El día 11/9, a las 11 horas, se realizó un acto-denuncia de los trabajadores del Hospital Ramos Mejía, acompañados por vecinos, pacientes, asambleas populares y compañeros del Polo Obrero de la zona, trabajadores de Brukman y el Partido Obrero de San Cristóbal.


La medida, un “Abrazo Solidario”, había sido votada una semana antes en una asamblea autoconvocada, dada la preocupante situación hospitalaria y por la inoperante y propatronal actitud de la Comisión Interna, que tiene vencido su mandato desde mayo.


En la asamblea se votó el reclamo de los 200 pesos que ya cobran los privados. También la incorporación de personal, la provisión de insumos y la derogación de la Ley de Empleo.


El acto, que comenzó en la puerta del hospital para luego recorrer su perímetro y culminar en el punto de inicio, contó con una importante presencia de trabajadoras/es a pesar del inescrupuloso despliegue de los delegados que responden a Genta-Datarmine, quienes recorrieron los sectores haciendo correr la versión de que Ibarra ya había otorgado los 200 pesos, sembrando confusión y miedo y alentando la no participación con argumentos macartistas.


Es que basta hablar con el personal de enfermería, mucamas, administrativos, mantenimiento… para comprobar la bronca por la miseria salarial y el hartazgo por los delegados truchos.


El personal que realiza módulos (horas extras) con el propósito de mejorar sus ingresos, se termina enfermando por la sobrecarga de tareas y la excesiva demanda de los pacientes.


La dirección sindical es consciente de todo esto pero no mueve un dedo, pues arregló con Ibarra el manejo de la Obra Social, que aumentó su cuota en un 70% a la par que su prestación cayó drásticamente. En dicha obra social la burocracia “controla” una caja de doce millones de pesos mensuales.


La actividad estuvo precedida por una intensa agitación fuera y dentro del Hospital. Se repartieron dos mil volantes firmados por el Frente de Trabajadores del Hospital Ramos Mejía en el Polo Obrero. Se pegaron numerosos afiches y las recorridas por los distintos sectores recogieron adhesiones y palabras de aliento.


En el Ramos Mejía, el efecto K ha comenzado a desvanecerse y sus trabajadores van por más.