El atraso salarial de los trabajadores municipales de Córdoba acumuló entre febrero y marzo casi un 26%, pero como anticipo a cuenta de la paritaria (que todavía no vio la luz) el Poder Ejecutivo entregó un adelanto remunerativo del 10%. Muy mezquino, habida cuenta del incremento brutal de precios que experimentó la canasta básica en el primer cuatrimestre del año -y por debajo de la oferta que aceptaron las burocracias sindicales provinciales del SEP, UPS , UEPC. Un mazazo al bolsillo de los trabajadores, dentro de un cuadro que empeorará porque la recesión se agudiza y ante la caída de la recaudación los distintos gobiernos apelan a echar mano al salario de los trabajadores.

La Ley Bases que obtuvo media sanción en Diputados incluye un paquete fiscal que descansa casi con exclusividad sobre el salario, manteniendo el IVA y reponiendo el impuesto a las Ganancias sobre nuestros ingresos, mostrando una orientación de rescate del capital financiero por parte del presidente y de los gobernadores. La transferencia de recursos en favor del gran capital se concreta mediante moratorias tributaria amplias para los empresarios y premios al lavado de dinero, rebaja de Bienes Personales, beneficios para las inversiones mineras, libertad para aumentar los precios del petróleo, entre otras prebendas; lo que contrasta brutalmente con los ataques a todos los derechos de la población.

¿Cómo quedaríamos con el impuesto al salario?

De lograrse la sanción en el Senado, volvería el impuesto al salario para los trabajadores bajo convenio. Y lo haría recargado, porque no se trata sólo de un Mínimo No imponible de $1,8 millón de sueldo bruto para los solteros, sino que además entran allí los cobros por horas extras, refrigerio, viáticos y todo lo que va en el recibo. Esto, cuando justamente el alivio que significó dejar de tributar entre octubre y abril permitió paliar tanta pérdida de poder adquisitivo.

Para clarificar la situación hemos comparado los salarios (brutos) y refrigerio (bruto) que percibieron en marzo agentes municipales de diferentes agrupamientos (sanidad, servicios y educación).  Ello no permitirá analizar cómo impactaría este impuesto si se sancionara en senadores.

Salvo para el caso del agente de servicios, es claro que los otros dos cargos quedarían atrapados por el impuesto a poco de andar y recomponer al menos parcialmente la pérdida por inflación. A mayor recomposición, más pérdida de salario.

Sin contar la antigüedad encontraríamos el siguiente panorama:

Como se advierte, el impuesto al salario afectará en mayor medida a quienes tienen mayor antigüedad y bonificaciones vinculadas a ascenso en el escalafón, con lo cual la capacitación y la experiencia acumulada serían causales de mayor confiscación. Por una puerta recomponemos y por la otra nos roban.

¿Cuál es la salida?

Desde el fracaso de la Ley Ómnibus en febrero a su reedición en la Ley Bases se ha incrementado la presión del gran capital, mientras el gobierno ha perpetrado ataques innumerables contra las provincias y el pueblo. No aumentan las retenciones gracias a la vuelta de Ganancias, lo que muestra sin rodeos cuál es la orientación social y política de quienes nos gobiernan. La “casta” para este gobierno somos las y los trabajadores. Frente a tamaño ajuste y desprecio corresponde organizarnos en cada lugar de trabajo, con asambleas y plan de lucha para mostrar nuestra fuerza en las calles.

La organización y la coordinación de todos los sectores de trabajadores, ocupados y desocupados, bajo convenio y precarizados, es la única salida a este cuadro recesivo que sólo busca incrementar la concentración de las ganancias en pocas manos y liquidar las conquistas de los trabajadores.

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