Sindicales
2/7/2020
Cómo se gestó el paro nacional del transporte en Córdoba

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Los trabajadores del transporte de Córdoba hicieron punta, y desde las bases arrancaron un paro general por tiempo indeterminado en reclamo de las deudas que las patronales mantienen desde hace meses. La medida de fuerza se extendió a nivel nacional, dando cuenta de la crisis del conjunto del sistema que funciona en base a subsidios que los capitalistas manejan a discreción.
Las patronales desconocieron el último acuerdo firmado porque quieren apretar más contra los salarios. Cabe recordar que se comprometieron a pagar el 88 % no remunerativo y el 12 % remunerativo del salario de los meses de abril y mayo. Una reducción del salario que viene siendo uno de los objetivos de los empresarios e Intendentes, en la ruta de la reforma laboral. En este punto vale señalar que en Córdoba, los choferes tienen una jornada laboral de siete horas en lugar de ocho, y se paga antigüedad del 2 %.
La línea de ataque al salario y a las condiciones de trabajo es precedente a la pandemia. La burocracia sindical dejo pasar todos y cada uno de los ataques sobre un colectivo obrero que fue realizando auto convocatorias sobre el sindicato reclamando explicaciones y que la conducción “de la cara”, no sucedió, y el activismo dispersado de la ex Ciudad de Córdoba se fue reagrupando más en la punta de línea de Ersa
Con los plazos vencidos del pago de adelanto del mes de junio, la desesperante situación de la obra social, el aguinaldo y meses de deuda salarial, una nueva auto convocatoria paso a cantar “que se vayan todos. La dirección respondió que para el viernes de esta semana se tomarían medidas de fuerza.
En la madrugada del 1 de Julio, el activo de Ersa y Aucor, de manera independiente ocupo la punta de línea. Las compañeras de los choferes estuvieron en la primera línea realizando cordón, mientras los trabajadores se apostaban adentro y afuera, garantizando un piquetezo, con quema de gomas. Cuando llegaron representantes del sindicato, fueron repudiados, la divisoria de aguas entre la burocracia y el colectivo obrero se expresó contundentemente; la conducción con las gomas pinchadas tuvieron que salir del lugar.
El piquetazo garantizó el paro en el 80 % del transporte, en cuestión de horas el porcentaje restante también dejo de circular. Con el paro consumado la conducción llamo a parar, y a nivel nacional se convocó al paro nacionalizando el conflicto. Con esto Uta busca darle un salvavidas a una conducción local, y descomprimir el costo político de una gestión municipal
En el piquete, Prensa Obrera hablo con un trabajador de transporte que manifestó: “La situación de crisis para los trabajadores del transporte ya se viene gestando desde antes del 2017 luego de 8% que dieron al cual se tomaron medidas de fuerza por parte de los trabajadores que terminó con 183 despidos. Desde ese entonces los sueldos fueron cayendo con complicidad de Roberto Fernández, empresas y municipio”.
“Hay trabajadores jornaleros en negro, falta de pago de la obra social, cuotas alimentarias, etc. La falta de inversión en las unidades y el desinterés por la frecuencia de colectivos general genera malestar entre usuarios y trabajadores del volante”, agregó el trabajador
Además concluyo “Con la pandemia vinieron a terminar de flexibilizar por completo las pocas conquistas que teníamos. Por esto y muchos más motivos el que los trabajadores dijimos basta y salimos a reclamar nosotros mismos sin intermediarios, sin gremio. Porque estamos hartos de la corrupta conducción puesta a dedo del gremio de UTA Córdoba. No se levanta la medida hasta que nos paguen el 100% de lo adeudado parte de abril parte de mayo todo junio y aguinaldo”.
Apoyada en piquetes y autoconvocatorias, la base obrera le arrancó el paro general a una burocracia que es enteramente funcional al intento estratégico de explotar más a los trabajadores. La huelga enfrenta a patronales que incumplen acuerdos porque están asociadas al poder político que le vienen dejando pasar todo tipo de violaciones.
La huelga en el transporte de Córdoba da cuenta de una poderosa predisposición de lucha de los trabajadores que con el método de la huelga general puede tirar abajo la política patronal y del gobierno de que la crisis la paguen los obreros.
El ataque a los trabajadores del transporte, se complementa con toda una orientación de ajuste que precariza aún más el servicio. En efecto, esa orientación ya se plasma en frecuencias más largas. Es necesario darle una salida de fondo y garantizar los derechos de los trabajadores y usuarios. En ese sentido, el planteo de apertura de libros y estatización del servicio bajo control obrero recobra toda una perspectiva estratégica. Viva la huelga del transporte.