Sindicales

22/3/2012|1215

La asamblea de AGD-UBA consolidó su dirección

Con el método y el programa del clasismo

La Agrupación Naranja, dirección de la AGD-UBA, volvió a transformar una masiva asamblea docente -donde se proponía el debate y la votación de un plan de lucha, de la memoria y balance, así como de la junta electoral- en un gran escenario de debate político con el método y el programa del clasismo.

La exposición de la Memoria recogió punto a punto las principales luchas del sindicato que, en el período 2010-2011, se abrieron con el “estudiantazo” y cerraron con la denuncia del acta paritaria firmada por todas las federaciones, pero donde no figuraba la tercera cuota conquistada. Toda una maniobra del gobierno que había hecho peligrar su cobro, y que servía para ocultar a la docencia universitaria y a los trabajadores que habíamos quebrado el techo salarial.

En el medio, las confrontaciones para impedir los concursos truchos en el CBC e intentar imponer la regularización de todos los docentes, las marchas del 24 de Marzo y por el crimen de Mariano Ferreyra, la defenestración de todas las autoridades del Pellegrini puestas a dedo por Hallú, entre tantas otras. De conjunto se desprende -y se concreta no en lo declarativo, sino en las intervenciones prácticas- el principio de la independencia política de las gestiones, del Estado y de los sindicatos burocráticos en la universidad.

El balance económico, por su parte, lejos de haberse propuesto como un trámite a resolver, se planteó también como un balance político y organizativo, en tanto que los números reflejan tanto el crecimiento de afiliados en el último período como el criterio de asignación de recursos. Como destacó una compañera: estamos frente a un balance que destina apenas un 30 por ciento de sus gastos a la administración y un 70 por ciento a las campañas reivindicativas del gremio -algo que no tiene antecedentes en otros sindicatos.

La puesta en consideración de esta memoria obtuvo un respaldo masivo (108 votos). Votó en contra un reciente agrupamiento electoral (Mella, Cauce, Colectivo docente) filokirchnerista, de casi nula intervención en la vida gremial, el cual opera como correa de transmisión de las gestiones universitarias (32 votos). En su fundamentación, plantearon que la Memoria estaba marcada por la política de la dirección de la AGD. Es decir, por su línea de independencia política. Nadie se sorprendió. Ya hace unos meses, la Naranja había demolido un documento de presentación de este rejunte, con un párrafo en el que desnudábamos el hecho de que habían dedicado 16 carillas para delimitarse de (y marcartear a) la dirección del sindicato, pero no habían escrito ni una línea (¡ni una línea!) para denunciar a las fuerzas que enfrentamos: las burocracias sindicales, las gestiones, el gobierno. Ante la contundencia del Balance, no pudieron siquiera medrar un poco (se abstuvieron).

El debate sobre el método y los candidatos propuestos para la elección de la Junta Electoral repitió la delimitación ya planteada. La Naranja propuso que se elija por sistema D’Hont (algo que tampoco registra antecedentes en gremio alguno) y la Junta quedó conformada con un representante de la minoría. La sorpresa (o no tanto) se vio en el campo de la izquierda. No por parte del PC ¿disidente? que una semana antes nos había comunicado su ruptura del frente con la Naranja (ahora se trata, según nos dijeron, de apoyar lo bueno y criticar lo malo del gobierno), sino del PTS, el que se abstuvo, así como de Izquierda Socialista y el PCR, quienes votaron por la otra lista, encabezada por un ignoto docente de La Mella. Insólito. La Asamblea, que se pronunció ampliamente por la lista propuesta por nuestra agrupación (99 votos frente a 43), entendió que se habían delimitado dos campos frente a los cuales los compañeros prefirieron no jugarse o jugar del otro lado. Los llamamos a reflexionar de cara a la defensa del único sindicato clasista en la UBA que, tras doce años de existencia y contra todos los ataques de las gestiones, ya se ha convertido en un referente del sindicalismo que asoma en esta nueva etapa de lucha contra el ajuste y por la defensa de lo conquistado.

Finalmente, la Naranja propuso y se votó por unanimidad ratificar el paro nacional de la Conadu Histórica del jueves 22, para reclamar la apertura de la paritaria y por nuestras reivindicaciones (3.000 pesos para el cargo inicial y un incremento de no menos del 35%), así como también para que se cumpla la ley jubilatoria y no haya ninguna cesantía en la UBA. También se votó movilizarnos el sábado 24 de Marzo, junto con el Espacio Memoria, Verdad y Justicia, y realizar el jueves 29, a las 18 horas, un acto en la puerta del Centro Cultural Ricardo Rojas para exigir la reincorporación de los docentes y todos los delegados cesanteados por la UBA.