-¿Qué balance hacen de la lucha?

 

Caorsi: -Tuvimos una buena evaluación del momento para hacer la acción. Las acciones anteriores, los bloqueos de boletería, las volanteadas, nos dieron legitimidad ante los usuarios. También tuvo que ver la disposición de los compañeros y nuestra determinación de no levantar hasta la reincorporación. Nos dimos el gusto de polemizar ante los medios con el representante de la empresa que pretendió defender las sanciones arbitrarias contra algunos de nosotros como justificación de los despidos.

 

Merino: -Buscaban hacernos pasar por empleados ineficientes, pero en mi caso, antes de ser candidato a delegado en las elecciones de 2005, nunca había recibido sanciones. La persecución se agravó desde el momento que apoyamos y participamos de la lucha de los compañeros de limpieza por encuadrarse en el convenio ferroviario. En Metropolitano, como en otros gremios, encuadran al personal en Comercio para reducir sus costos laborales y aplicar una flexibilidad extra al personal discriminado. Con los despidos de Caorsi y Luna, la empresa pretendió darle un golpe de muerte al reclamo, pero este triunfo ayuda a reabrir la lucha por el correcto encuadramiento de estos compañeros.

 

-¿Qué papel cumplió la Unión Ferroviaria?

 

Monje: -El gremio no intervino en favor de nuestra reincorporación. Los delegados no existen para nuestros reclamos. Al contrario, nuestra pelea fue una derrota para la Unión Ferroviaria. Los compañeros saben que el gremio no responde. Se necesita un cambio.

 

-¿En qué consistió el apoyo de los ferroviarios?

 

Luna: -Alberto y yo nos bancamos varios meses despedidos. Nos ayudó mucho contar con los aportes económicos de los ferroviarios que pusieron para el fondo solidario.

 

Caorsi: -Esos aportes, como los que obtuvimos de otras actividades fuera del ferrocarril, nos permitieron sostenernos en la lucha. Ahora tenemos que sacar las conclusiones con nuestros compañeros para mostrarles que con la lucha tenemos mucho por conseguir.