Sindicales

4/2/1999|616

Con lucha se puede

En la zona hay una gran concentración de fábricas aceiteras que, en conjunto, exportan el 55% del total nacional de aceites y derivados.


Las patronales vienen amasando grandiosas fortunas e imponiendo ritmos productivos agobiantes y tercerizando gran parte de la mano de obra bajo empresas contratistas con convenio de Uocra (más bajo).


El año pasado, la Empresa Buyatti tuvo que reincorporar a un obrero despedido luego de un vigoroso corte de ruta que bloqueó inclusive a otras empresas (Petroquímica, PASA, Dow, etc.). A raíz de esta acción enérgica, la patronal acordó con el Sindicato que cualquier despido sería previamente discutido con el gremio para tratar de evitarlo. En días recientes, la patronal de Vicentin comenzó un apriete productivo por lo cual se reunieron con el Sindicato. No habiendo pasado un día de las reuniones, la patronal despide a un obrero (15-1). El gremio reaccionó a lo que denominaron un puñal por la espalda y respondieron la provocación cortando la ruta en las puertas de acceso a la Planta sobre la ruta A012. El despido era un compañero que se había negado a ser flexibilizado.


El corte arrancó con fuerza, pero a diferencia del anterior éste fue con paro de la Planta. El piquete de Planta superó la presión de alrededor de 200 camioneros que querían descargar y sectores patronales.


Bastaron poco más de 24 hs. de corte y paro para que finalmente la patronal se viera obligada a reincorporar al compañero despedido.


Terminamos la jornada el martes por la tarde, abrazados con los compañeros aceiteros y un estruendoso aplauso tras la lectura del Acta de reincorporación, que minutos antes se firmara en la Delegación San Lorenzo de la Secretaría de Trabajo.


En momentos que la patronal Celulosa Citibank quiere barrer con las pocas conquistas y salarios de los papeleros de Capitán Bermúdez, este desenlace de los aceiteros es un aliciente a las luchas en curso que deben emprender los trabajadores del Cordón.


Con la lucha se puede. ¡La lucha sirve! Fueron las frases que se escucharon ese martes, con algunas lágrimas rodando por las mejillas tiznadas por el humo de los neumáticos ardiendo.