El congreso de Conadu Histórica con mandatos rechazó la propuesta oficial por 53 a 39 votos de los 26 sindicatos de base de la Federación. La pauta Guzmán-Moroni condena a los 190.000 trabajadoras y trabajadores de la docencia a salarios de pobreza. La “garantía salarial” del cargo testigo apenas llega a 50.000 pesos, por debajo de la línea de pobreza. Asimismo, se nos quitó el bono de conectividad de 2.000 pesos cuando en todo el país se siguen dando clases virtuales.

La Multicolor, que encabeza la Agrupación Naranja, realizó una campaña nacional contra esta nueva reducción salarial. Por su parte, la actual dirección de la Conadu Histórica (PCR-deggeneranismo) planteó que esta era la mejor oferta que realizó el gobierno de Alberto (sic). El mismo gobierno que nos desconoció la cláusula gatillo y nos dio un bonito de 2.500 pesos a fines de 2021. Las asambleas en universidades que dirige el oficialismo mostraron su rechazo, votando contra la posición de la dirección -como los casos de Santa Fe y San Juan, entre otras-, reflejándose la bronca que se acumula en la docencia. Las bases de Conadu Histórica asestaron una derrota a su dirección.

El debate en el congreso desnudó a los defensores del gobierno del ajuste. Algunos hablaban de reapertura de la paritaria en septiembre, cosa que no está en el acta, la mayoría rechazó siquiera la posibilidad de llevar una contrapropuesta.

Los delegados de la Multicolor dejaron en claro que este es un acuerdo marcado por el FMI que se complementa con un salario mínimo de indigencia y la destrucción del sistema jubilatorio.

El acuerdo fue suscripto por las burocracias sindicales de la Conadu-Fedun-Ctera-UDA-Fagdut, con la particularidad de que universidades muy importantes como Córdoba y Rosario se opusieron.

Llamamos a toda la docencia a deliberar para terminar con los salarios de pobreza. Un hito en ese trabajo de organización se dará entre el 30 de marzo y el 6 de abril en las elecciones para Mesa Ejecutiva de Conadu Histórica. Votemos masivamente por la Lista Multicolor, la única garantía de tener una Federación independiente de todos los gobiernos y todos los rectores para defender nuestro salario y una universidad al servicio de la mayoría popular.