Después de 25 días de conflicto, 47 despedidos del laboratorio Craveri siguen en la calle. La secretaria de trabajo dictó un procedimiento de conciliación obligatoria en ausencia de la parte empresaria que no se hizo presente. Corresponde ahora que los despedidos sean efectivamente reincorporados durante la conciliación y ocupen sus puestos habituales. Por el contrario, la empresa ha impedido el ingreso tanto de despedidos como de los delegados, lo cual deja planteado el interrogante de qué medidas tomar a efectos de que se cumplan las disposiciones dictadas.

El sindicato hasta ahora ha jugado un papel de apoyo logístico, colocando una carpa para una presencia en puerta de planta y la realización de algunas batucadas.

ATSA es un gremio suficientemente poderoso como para movilizar sus fuerzas y doblar el brazo a esta patronal, parando las tres plantas de Craveri. Pero la conducción del gremio no ha adoptado ese camino. Ni ha formulado ningún programa contra estos y otros despidos (Vittal, Favaloro), como prohibición de cesantías y reparto de horas de trabajo sin rebaja salarial. Se mueve exclusivamente en el plano de los trámites legales.

Los periodos de intervención ministeriales juegan siempre a favor de las patronales. Enfrían los conflictos y facilitan el apriete individual para que se acepte el despido. Más grave en este caso porque se está impidiendo la entrada de los delegados a la planta lo que facilita la manipulación patronal

Los trabajadores de Craveri deberían actuar con sus propios recursos. Retomar la agitación de la primera semana. Apelar a las comisiones internas solidarias, al vecindario y a las organizaciones populares para organizar un plan de movilización que apunte a modificar la relación de fuerzas y promueva el paro de la producción.