Sindicales

21/10/2010|1151

Conciliación obligatoria en Papel Prensa

Prepararse para el segundo round

Desde el martes 5 hasta el sábado 16 a las cinco de la mañana, los obreros de la papelera desarrollaron una vigorosa huelga por tiempo indeterminado en reclamo de un 20% de aumento salarial. El paro total, incluyó un acampe de los trabajadores en la puerta de la empresa, rotando por turnos. Ni un gramo de papel salió de la empresa durante los casi once días del conflicto; cuando intentaron llevar papel para el diario Crónica, el masivo piquete lo impidió.

El conjunto de las patronales periodísticas y papeleras, con Clarín y La Nación a la cabeza, aullaban reclamando la conciliación obligatoria y pretendían mezclar la lucha con su disputa con el gobierno. “Nada de eso es cierto. Esta patronal ha mentido y faltado al compromiso que asumió en abril, de un ajuste salarial en julio, peleamos por el salario”, dijeron trabajadores y delegados, una y otra vez. La CGT, que prometió un plenario de respaldo, ni siquiera se pronunció. La CTA de San Pedro se limitó a una declaración. Los concejales ni asomaron la cabeza contra el señor feudal de San Pedro; el intendente pasó a espiar un poco.

Cuando el ministerio de trabajo de Scioli dictó la conciliación obligatoria, la bronca obrera se palpaba, comprendiendo que era aire para la patronal, desesperada porque cada día que pasaba aumentaba la presión por la falta de papel para los diarios. La patronal, que se mantenía en la propuesta miserable de 3% en octubre y 3% en diciembre, en la audiencia del jueves había macaneado con una contrapropuesta mayor “a condición de que se levantara el paro”, pero se negó a ponerla en el acta. Lo mismo había hecho en abril, con la promesa que generó el conflicto. “Dos veces no nos iban a joder”, nos dijo un representante gremial. Cuando el ministerio le regaló la conciliación obligatoria, la asamblea de los tres turnos en la puerta de fábrica, el viernes, a duras penas aceptó reingresar al trabajo, y recién al día siguiente.

Algunas conclusiones

La mayor limitación de la huelga es que quedó encerrada en la puerta de planta, sin plenario de delegados del sindicato ni una convocatoria al pueblo de San Pedro. Tampoco una exigencia a la federación para que apoye. En este cuadro la difusión masiva del conflicto quedó en manos patronales.

Mientras que los capitalistas papeleros y periodísticos actuaron mancomunados contra la huelga, los obreros no tenían un respaldo organizado. Durante el conflicto el silencio más ruidoso fue el de la Federación de obreros papeleros. Ni una palabra, ni una advertencia a la empresa. Alari no se va a tirar contra sus amos. La burocracia papelera es consciente de que el triunfo de los obreros en Papel Prensa consolidaría la recomposición que vive el gremio, fortalecería los reclamos por salario y condiciones laborales que se generalizan en las plantas, y la tendencia a una articulación de comisiones internas e incluso directivos de sindicatos de base descontentos por la postración de la Federación.

Un balance de esta etapa de la lucha en Papel Prensa debe hacerse en las plantas y sacar las conclusiones y prepararse para un apoyo activo ante el retome del conflicto.