Sindicales

23/4/1992|355

Congreso de la Asociación Bancaria: La oposición se moviliza contra la reforma previsional

Uno de los temas que se debatió en el Congreso de la Asociación Bancaria realiza­do la semana pasada en Tanti, Córdoba, fue la cuestión previsional. En uno de los polos del debate se ubicó el oficialismo; en el otro, la oposición antiburocrática de la Seccional Buenos Aires.

El despacho presentado por la burocra­cia era un rosario de lugares comunes y de posiciones claramente antiobreras. Afirmaba entre otras cosas que la crisis del sistema jubilatorio se debía a la existencia de la Caja de Autónomos o a las jubilaciones por invalidez. Los reiterados saqueos gubernamentales a las Cajas los encuadraban como “manejos desafortunados”. Pero lo más significativo de todo el despacho era la vinculación que establecía entre el sistema previsional y lo que denominaba “el principal problema de la economía argentina... la inexistencia de un mercado de capitales”. Conclusión: hay que usar la plata de los aportes obreros para superar esa carencia. De ahí la necesidad de “estudiar” el “sistema de capitalización chileno”.

La oposición puso los puntos sobre las les. Rebatió todos los argumentos del zanolismo, señaló al saqueo sistemático de las cajas por parte de los gobiernos y a la evasión patronal como fuente de quebranto del siste­ma y caracterizó a la crisis argentina como una crisis de la economía capitalista y una consecuencia del sometimiento al capital fi­nanciero internacional. Desnudó punto por punto la “reforma previsional” menemista en cuanto a robo de todos los aportes, man­tenimiento en la miseria de los actuales jubi­lados y a los futuros. Desmitificó el “mode­lo chileno”, señalando que confisca el sala­rio de los trabajadores, paga jubilaciones de indigencia y sirve para enriquecer a unos pocos que especulan con la deuda pública. Denunció el actual sistema de pago en bo­nos de la deuda a los jubilados y planteó como curso de acción unificar al gremio con las movilizaciones de los jubilados, levantar un programa de lucha que defienda los aportes como propiedad de los trabajadores y reclame un haber jubilatorio mínimo de $500, que las Cajas sean dirigidas por la gestión democrática de sus afiliados, que se inicien acciones de amparo patrocinadas por el sindicato en todos los bancos ante el despojo que se viene.

Tras esta intervención el zanolismo quedó duro. Si bien la votación era conocida de antemano, por el carácter absolutamente regimentado del Congreso, fue la única oportunidad donde la minoría recogió votos ajenos, como el caso de los congresales de Santa Fe. No sólo eso, al término de las deliberaciones distintos congresales se acercaron para pedir la copia del despacho de la minoría, porque “el oficial no servía para nada”. En realidad, lo que no sirve para nada es el conjunto de la política burocrática, tanto para las jubilaciones, como para el salario, como para cualquier tema.

El impacto que causó esta posición de la minoría porteña en el Congreso de un gremio con más de cien mil afiliados es significativo.