El gremio docente porteño viene desarrollando una lucha histórica. En el ataque a las Juntas de Clasificación electas por los docentes, está en juego algo más profundo: la liquidación del estatuto docente. El ataque macrista está en línea con toda la ofensiva regimentadora del kirchnerismo contra los sindicatos en el orden nacional.

La lucha

El proyecto de ley del PRO que elimina las Juntas sufrió varios traspiés. Producto de la movilización -y de las complicaciones del gobierno con sus aliados de la Coalición Cívica, los que también presentaron un proyecto propio de eliminación de las Juntas-, la iniciativa fue congelada durante más de dos semanas, aun teniendo la aprobación en Comisión y el ! trato preferencial para ser votada en el recinto.

El gobierno intenta este jueves 1° -en la última sesión ordinaria de la Legislatura- aprobar el proyecto antieducativo junto con varias decenas de proyectos – muchos de los cuales ya fueron acordados con la “oposición”. Ese día, los docentes estaremos cumpliendo el segundo día de paro convocado por Ademys y concentrados masivamente en la Legislatura para impedir que se vote la destrucción del Estatuto.

Los obstáculos

El rol que ha jugado la UTE fue el de quebrar la movilización de la docencia. Su dirección se opuso durante todo el conflicto a convocar una asamblea general para involucrar al conjunto en el debate de las medidas de fuerza. Se han opuesto a I los paros convocados por Ademys y votados en las multitudinarias asambleas l luego de cada movilización, las que fueron el organismo deliberativo más importante de todo el conflicto. Militaron contra los paros convocados en las semanas en que la UTE y los sindicatos macristas decidieron garantizarle al gobierno una “paz social” en contra de la docencia.

Son los límites insalvables de la dirección kirchnerista de la UTE. La tregua de i la UTE al macrismo refleja el acuerdo de fondo entre el gobierno nacional y Macri.

Se vio claramente en la votación (en general) del kirchnerismo a favor del presupuesto 2012, el cual recorta a la educación pública y aumenta la partida de subsidios a la privada.

Priorizaron el “mandato” de Sileoni al de los maestros.

En tercer lugar, está la indiferencia cómplice de la Ctera. Son una barrera de contención contra la organización y la movilización docentes. Un gremio derrotado conviene al ajuste y los tarifazos que Cristina y Macri tienen en carpeta. Esta es la flagrante contradicción del sindicalismo kirchnerista, vía la CTA de Yasky.

Pero hay mucha tela para cortar. La masividad de los paros, los miles de docentes movilizados, las asambleas por escuelas y distritos, las asambleas multitudinarias, la masividad en la votación en las elecciones de Juntas, las decenas de actividades de difusión del conflicto para ganar el apoyo de la población marcaron la cancha de este conflicto estratégico. Esta batalla será parte de la que viene para defender el estatuto y las paritarias.

Continuemos organizando al gremio desde las escuelas para profundizar la lucha y derrotar al gobierno. El primer paso es un masivo paro de 48 horas y una gran movilización a la Legislatura para impedir que se vote el proyecto. Hay que superar a la dirección kirchnerista de UTE, la cual sólo llama a parar 24 horas el 1° y montará una carpa con el objetivo explícito de garantizar que la sesión se produzca sin interrupciones.

Preparemos para el jueves 1° una gran asamblea general para resolver -sea cual fuere el resultado de la sesión parlamentaria- cómo seguimos en función de toda una estrategia para el año que viene, preparando el no inicio si no se respeta el estatuto.