Sindicales
3/4/2014|1308
Contra el salario y los puestos de trabajo
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PARITARIA DE LA UOM
La protección del “paraguas” kirchnerista a la CGT Balcarce está haciendo estragos en los salarios de los 270 mil metalúrgicos. Lejos ha quedado el tiempo en que la de la UOM era una de las paritarias testigos del país.
El reclamo de un 30% de Caló constituyó un acta de entrega: el inicial era de 23,5 pesos, un básico en 6.100 pesos, colocando a la UOM -junto a la Uocra- entre los peores convenios del país.
Mientras todos los índices demuestran que la canasta familiar supera los 10 mil pesos, el jefe de la CGT oficialista se apuró a cerrar un acuerdo que deja el básico 4 mil pesos por debajo de esa cifra, a la medida de lo exigido por el gobierno y la UIA.
El acuerdo se cerró sin consultar asambleas de fábricas ni congresos de delegados, y sin una medida de lucha. Frente al enorme malestar y el reclamo de varias seccionales se anunció, para la tribuna, un paro para el 4 de abril; pero la burocracia terminó firmando, tres días antes, una nueva escala que contempla un aumento acumulativo del 15 por ciento a partir de abril y un 10 por ciento desde julio, un 26,5 por ciento para todas las categorías de convenio.
Con este aumento la categoría más alta (Oficial múltiple) rondará apenas los 7 mil pesos, es decir dos mil pesos menos del inicial de aceiteros. Además se han descartado las “sumas no remunerativas”; un favor mayúsculo para las patronales, que se ven venir un reclamo por derechos adquiridos.
Es un brutal acuerdo a la “baja”, frente a una inflación que superará el 40 por ciento en el año. El arreglo de la burocracia, a espaldas de los metalúrgicos, es una contribución al objetivo oficial de desactivar la tendencia a la huelga que se viene manifestando por abajo en varios gremios industriales, entre ellos la UOM.
El gobierno presionó para que la UOM cierre, sin lucha y con una entregada, porque la huelga docente y la conflictividad fabril jaquearon el techo del 25% que se pretendía para este año. Todo hacía prever, por los debates en los congresos seccionales, que el paro del 4 de abril iba a tener uUon alto acatamiento.
Caló y compañía se juegan a clausurar el proceso de deliberación y lucha de los metalúrgicos, que se extiende por todo el país. Los conflictos en Córdoba, Santa Fe, Avellaneda, Tierra del Fuego, San Martín, Salto y Puerto Madryn muestran que, en los hechos, la paritaria metalúrgica está lejos de cerrarse; el escenario se desplazará ahora a las luchas por los convenios y adicionales por establecimiento.
El acuerdo contiene una entregada complementaria verdaderamente criminal. Hubo un compromiso -sólo verbal- de que no habría suspensiones ni despidos. Esta vez las propias patronales rechazaron la inclusión de la tradicional cláusula de “paz social”; frente a la crisis económica quieren tener las manos libres (el parate inmenso de la construcción afecta a la actividad la metalurgia y lo mismo pasa con las automotrices).
Reclamamos asambleas de fábrica y congresos de delegados para rechazar este acuerdo de hambre. Reapertura de la paritaria en junio para llegar a 9.000 pesos de básico. Paro y plan de lucha por el salario y contra las suspensiones y despidos. Los metalúrgicos -pese a Caló- pararán masivamente el 10; será parte del inmenso repudio a esta entregada.