La rápida firma del convenio de la UOM no debería extrañar a ningún metalúrgico, aunque la patronal —que sólo ofrecía el 12%— haya terminado firmando por el 15%, muy “cerquita" del 15,7% reclamado por Miguel.

Es que el reclamo de la Directiva de la UOM estaba dentro de lo estipulado por las cámaras sidero-metalúrgicas y el propio gobierno: la renuncia sindical a la recuperación de las pérdidas salariales acumuladas tras los sucesivos convenios. ¡¡Desde enero, el salario del peón industrial creció un 612% contra una inflación que superó el 1.100%!!

La burocracia miguelista montó una parodia de “reclamo salarial” ya que para mantener el valor adquisitivo del salario del peón era preciso reclamar un aumento del 70%... y no el 15,7%. También montó una parodia de “plan de lucha" que suspendió rápidamente para firmar por el 15%.

Miguel, que cacareaba que “la UOM no acepta otro 'piso' que el costo de vida” terminó firmando la demolición del salario metalúrgico.

Las andanzas de Miguel contra los metalúrgicos ilustran sobradamente sobre el carácter patronal de la burocracia ubaldinista y de la CGT de Azopardo. Ubaldini enterró las luchas fundamentales del movimiento obrero contra el “gobierno liberal”, las de los telefónicos, las de los docentes, las de los estatales. Al mismo tiempo, se empeñó a fondo en frenar cada una de las luchas de los trabajadores provinciales contra el “ajuste" menemista (Chubut, Jujuy, Salta, Santa Fe, Tucumán). La propia "jornada del 15" que el ubaldinismo pretende presentar como una “jornada de lucha" es otra parodia: no hay directivas de movilización ni habrá paros de transportes. Precisamente Miguel encabezó el “operativo vaciamiento" al ordenar que “la UOM no para el 15” y al anunciar que "pedirá una audiencia con el presidente (para) buscar las vías (que eviten) la movilización del 15".

Con una indiscutible sinceridad, el propio Lorenzo Miguel sintetizó su “tarea” y la de la CGT ubaldinista. “Veamos si el incondicional de Andreoni —afirmó, según un periodista de Somos, 30/10— hizo tanto en un ario por este gobierno como yo en un par de semanas".

La firma del convenio metalúrgico es una nueva profesión de fe oficialista de la burocracia de la UOM.