Sindicales

6/4/2006|940

Convenios laborales: La burocracia pacta un gran retroceso social


El informe del Ministerio de Trabajo sobre los convenios firmados el año pasado es lapidario. Porque el récord de convenios firmados, que el Ministerio quiere presentar como un logro, constituye una radiografía de la gran entregada de los intereses sociales más elementales de la clase obrera por parte de la burocracia sindical.


 


Veamos esto en detalle.


 


1) Hubo un récord de 568 convenios firmados, pero la amplia mayoría fueron acuerdos de empresa. “De los 568, 365 acuerdos fueron de empresa y 203 de actividad”, informó Clarín (24/3). Esto significa que sigue la destrucción de los convenios colectivos por industria y, de este modo, la atomización de los trabajadores frente a la patronal. La consecuencia de esto es una profundización de la brecha entre distintos sectores obreros y la pauperización de una mayoría.


 


2) De acuerdo a los salarios pactados en los básicos de la categoría representativa del convenio, el 67% firmó por básicos inferiores a los 1.000 pesos. Solamente el 25% firmó “por más de 1.200 pesos, en su mayoría en convenios por empresa, como terminales automotrices, conductores de trenes y personal jerárquico y profesional de empresas de energía”. Para el grueso de los trabajadores los nuevos básicos rondan el costo de la canasta de pobreza. Equivalen a un promedio de 450-500 pesos del poder adquisitivo de los salarios anterior a 2001.


 


3) “En algunos convenios (calzado) se autorizaron los “contratos a plazo fijo” (Clarín, ídem). Esto significa que los trabajadores son empleados por un período de tiempo y cuando vence el contrato —si fue menor a un año— no tienen derecho a la indemnización. Si fue de más de un año, tienen derecho a la mitad de la indemnización. Se trata de una variante agravada, ya que es general, de los “contratos basura” de los ’90 y del Contrato de Primer Empleo que está provocando la histórica resistencia de los trabajadores y jóvenes franceses.


 


4) “En algunos acuerdos se incluyeron cláusulas para las Pymes, que permiten que las vacaciones se fraccionen o se otorguen en cualquier período del año, a condición de que uno de cada tres períodos deben otorgarse en verano. También se permite el pago del aguinaldo en tres cuotas”. Estas cláusulas fueron aprobadas durante la década de los ’90 por Menem, Cavallo y Caro Figueroa con la aclaración de que podían ser puestas en práctica si el sindicato lo aprobaba en la negociación del convenio colectivo de trabajo. Desde hace tiempo, pero ahora en forma mucho más generalizada, la burocracia está poniendo en práctica —con la homologación del Ministerio de Trabajo— estos puntos clave de la “flexibilidad laboral” de los ’90.


 


5) “Buena parte de los convenios contiene ‘contribuciones solidarias’, que consisten en aportes de las empresas al sindicato y también retenciones a los trabajadores beneficiados por el convenio con destino al sindicato”, dice Clarín. El abogado Héctor Recalde dijo que esas contribuciones se justifican como honorarios por gestionar un nuevo convenio. En verdad, los patrones aportan “solidariamente” al sindicato y obligan a los trabajadores a perder 2, 3 y hasta el 4% del sueldo por los “servicios prestados” —léase bajos sueldos y cláusulas flexibilizadoras.


 


6) “En otros convenios (navales) se otorgaron adicionales por presentismo, vales alimentarios y la posibilidad de acordar sistemas o premios por productividad”. Más flexibilidad laboral.