En la mañana del lunes 29 de mayo, los trabajadores de Coca Cola (Córdoba) decidieron realizar un corte de media calzada frente a las puertas de la fábrica. El corte permitió generar la presión para que la patronal convoque a una reunión con los delegados y el gremio. En la reunión se resolvió una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo. Por la firmeza del colectivo obrero la patronal se vio obligada a comenzar una negociación. En la noche del lunes se dictó la conciliación obligatoria.

Después de una semana de paralización total de la producción la lucha se hace más fuerte y ello se expresó en las consignas que se cantaban en la concentración, que hacían referencia a que no habrá ninguna paz social si la empresa insiste con los despidos, planteaban que todos los trabajadores son uno solo, que ningún trabajador será despedido y que se continuará con la lucha.

Los operarios, en asamblea, ratificaron el reclamo por un bono salarial, el mejoramiento del adicional y la reincorporación de los 47 despidos. Con ese mandato, los delegados se disponen a negociar con a una patronal multinacional que tiene ganancias millonarias y ningunea la exigencia salarial de los trabajadores.

Cabe destacar que la exigencia de recomposición salarial se hace frente a una inflación creciente que está superando los dos dígitos. Las negociaciones paritarias de los últimos años han cerrado a la baja y no han impactado en el básico, es decir que muchas fueron sumas en “negro”, lo que ha llevado a una pérdida del salario y las condiciones de vida de los trabajadores cocacoleros.

Mientras tanto la patronal continuó con las provocaciones. A los despidos ilegales y persecutorios, y a las maniobras para intentar dividir a los trabajadores y quebrar la huelga, ahora le suma una persecución judicial intentando la criminalización de la protesta social. Esa cuestión va en coincidencia con la política que desarrolla el propio gobierno de Schiaretti, que utiliza a la Justicia adicta para perseguir a referentes sindicales y de organizaciones sociales. La empresa también apunta al aislamiento de la lucha, declarando que rechaza la solidaridad que ha sido acercada al conflicto por distintas organizaciones sindicales, sociales y política de lucha.

Lamentablemente la Federación de Trabajadores de Aguas Gaseosas y Afines (Fataga) se ha plegado a esta posición patronal, planteando en un comunicado público que la lucha de los obreros constituye una “acción aislada y descoordinada, impulsada por grupos que anteponen sus particulares intereses políticos al bienestar de todos los Trabajadores, sólo entorpecen la negociación que esta federación viene llevando adelante, al tiempo que ponen en riesgo cierto la fuente de trabajo de cientos de compañeros y compañeras”.

Todas las luchas obreras y populares que han triunfado lo han hecho siempre con el apoyo popular y con el acompañamiento de las muchas organizaciones que integran el movimiento obrero. Como se dice siempre, nadie se salva solo. Por eso, impulsamos un plenario de trabajadores ocupados y desocupados que sea la instancia para dar un espaldarazo a los trabajadores de Coca Cola, con una movilización popular.

La huelga de Coca Cola marca el camino para los trabajadores. ¡Vamos por el triunfo de la lucha de los obreros! Ningún despido. Recomposición salarial ya! Fuerza compañeros!

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