En la mañana del miércoles pasado, 24 trabajadores de la planta ubicada en Rio Tercero que entraban a ocupar sus puestos de trabajo fueron notificados con una nota pegada en la puerta de ingreso y por personas que entregaban telegramas en mano informando de los despidos, sin ningún tipo de causa.

 

Ante tal situación los trabajadores rápidamente ocuparon la fábrica en defensa de los puestos de trabajo exigiendo una inmediata respuesta y reincorporación ante los despidos injustificados por parte de la patronal. Pasada la tarde el ministerio de trabajo dicto la conciliación obligatoria respecto a los 24 despedidos para que durante dure la conciliación los trabajadores vuelvan a sus puestos de trabajo, pero no asegurando la reincorporación de los mismos, iniciando una mesa de negociación para tal fin.

 

La patronal de Atanor sigue en la línea del accionar contra los trabajadores de Pepsico, el modus operandi es el mismo y persigue el mismo fin, implementar la flexibilización laboral contra los convenios colectivos de trabajo, contra los trabajadores con mayor años de antigüedad para contratar nuevo personal precarizado. La reducción de personal responde a la implementación de esquemas de flexibilización laboral. “Falta personal en todos los sectores de la planta”, manifestó uno de los trabajadores despedidos.

 

En febrero de este año la misma empresa empezó un proceso de cierre de dos de sus cinco plantas químicas ubicadas en Baradero y Munro dejando a más de 180 familias sin sustento economico, en su gran mayoría con más de 20 años de antigüedad. Despidos “oficiales” de los cuales previamente se habían consumado suspensiones y retiros voluntarios.

 

El legislador del Partido Obrero y el Frente de Izquierda, Eduardo Salas, llevó su solidaridad a la fábrica ocupada, poniéndose a disposición de los trabajadores y explicando la avanzada flexibilizadora que quiere imponer el gobierno nacional, como la que se aprobó en Brasil, para disminuir el costo laboral arrasando con los derechos de los trabajadores.

 

Hoy más que nunca es necesario la organización combativa de los trabajadores contra los ataques de las grandes multinacionales y sus gobiernos.