Sindicales

21/10/2022

Córdoba: el 107 y la emergencia en tiempos de precarización

La precarización laboral en la municipalidad de Córdoba Capital.

Foto de archivo

Los trabajadores del 107 denuncian en sus redes sociales actos de violencia que se presentan cada vez con mayor frecuencia, y que atentan contra su propia integridad, mientras asisten a víctimas de accidentes en la vía pública. En la madrugada del 19/10 uno de los móviles fue apedreado mientras prestaba servicio en barrio Bella Vista. El hecho cobra mayor relevancia aún si lo miramos con relación al contexto de precarización que desnuda.

El 107 constituye un servicio de atención en emergencias médicas con bases ubicadas estratégicamente a lo largo y ancho de la ciudad, con personal especializado que garantice cubrir guardias que intervengan con prontitud ante eventos inesperados.

El 60% del personal que hoy integra el servicio está precarizado, ya que el intendente reemplazó las vacancias generadas por jubilaciones, traslados o fallecimientos y suplantó durante la pandemia la necesidad de refuerzos en el plantel con personal monotributista y becario. Se trata de profesionales enfermeros y médicos, pero también choferes y paramédicos que trabajan 140 horas mensuales por una retribución fuera de convenio que llega a $75.000 (en el caso de los enfermeros) o $90.000 para los médicos, lo que imprime una dinámica de altísima rotación a la repartición, ya que son montos que podrían alcanzarse con un promedio de 2,5 guardias en ámbitos privados, mientras que para el servicio del 107 implican 6 ó 7 guardias mensuales.

El escaso salario se combina con la demora en la percepción, lo que constituye un combo absolutamente desalentador, que favorece la deserción y produce como consecuencia la sobrecarga de los trabajadores de planta, la disminución de las unidades disponibles y la demora en la prestación, con las consecuencias irreparables que conlleva esto para quienes son víctimas de accidentes.

La intendencia es responsable de la precarización laboral

Valiéndose del argumento del desquicio de su predecesor radical Mestre, el actual intendente Llaryora del PJ ordenó toda su gestión bajo la normativa de la “emergencia municipal” y procedió a una batería de medidas que impactaron de manera brutal en el salario y en el deterioro las condiciones de trabajo de los trabajadores de planta, procediendo además a contrataciones de personal por montos miserables y por fuera del convenio. Así, los becarios cobran hasta $60.000 mientras que los profesionales monotributistas –aunque realicen tareas equivalentes a los trabajadores de planta- cobran la tercera parte, sin gozar de sus mismos derechos, lo que los obliga al pluriempleo. La inflación, que mejora sustancialmente las arcas municipales, hace estragos en el salario de todos, pero impacta de manera más aguda entre los precarizados. Mientras precariza y paga salarios de hambre a sus contratados, la municipalidad recauda por encima de la inflación y destina esos ahorros a una obra pública que no pasa por licitaciones públicas y a una pauta publicitaria escalofriante.

Los municipales venimos de un proceso paritario que reveló la enorme reserva de lucha que anida en las bases: las multitudinarias asambleas desarrolladas por más de un mes en las calles, con concentraciones en diferentes puntos de la ciudad pero también debatiendo en cada repartición, reactivó la organización de muchos compañeros y compañeras que buscaron en esta nueva instancia una oportunidad para luchar por la recuperación del salario perdido y cortar con el diferimiento y las sumas en negro. El ajustado resultado que arrojó la votación sobre la paritaria refleja que la conciencia de los municipales está en estado de alerta y movilización y más temprano que tarde dará un vuelco a la situación que hoy permitió que pase un nuevo acuerdo a la baja. El malestar que se advierte entre los trabajadores muestra a las claras el hartazgo por una situación que marca el retroceso en las condiciones laborales. El ataque al móvil del 107 mueve a la indignación porque revela que los trabajadores agredidos “trabajan por dos mangos, exponen sus vidas, y no tienen siquiera la tranquilidad de trabajar bajo convenio”.

La salida de esta situación no pasa por mirar para otro lado frente al ajuste que desarrolla el gobierno: hay que unificar los reclamos en cada repartición por todo lo que está pendiente: La regularización de las condiciones laborales, la provisión de insumos, el pase a planta ya y no cuando la gestión acabe para garantizar que los vecinos reciban el servicio que necesitan con trabajadores bajo convenio. Para esto hay que organizar en cada repartición un pliego de reclamos y establecer un nuevo plan de lucha para lograrlo. Esa es la mejor respuesta que debemos dar a los trabajadores que ayer expusieron su vida en la unidad Alfa-15, del servicio 107 y la que debemos dar en cada repartición municipal.

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https://prensaobrera.com/sindicales/municipales-de-cordoba-llaryora-impone-paritaria-que-profundiza-el-deterioro-del-salario