El Sindicato de Trabajadores Municipales (Sitram) de Jesús María (Córdoba) acaba de firmar con el intendente Luis Picat un acuerdo salarial que alcanza el 59% de aumento en 2020 para las categorías iniciales, en las que se encuentra el grueso de las y los trabajadores. Para la categoría 12, el aumento es del 54%. El aumento consta de una suma que va $3.500 en septiembre a $4.500 a partir de diciembre, más un aumento del 5% en los básicos y del 25% en el refrigerio. En las próximas paritarias de 2021 todos los montos no remunerativos pasan a remunerativos blanqueando al básico. A este aumento obtenido hay que sumarle $ 2.000 fijos que se pagarán con el aguinaldo correspondiente al segundo semestre.

Cabe aclarar que, con un aumento de estas características, las categorías más bajas de trabajadores municipales alcanzarán un salario superior a $40.000, es decir, todavía en la línea de pobreza. Sin embargo, desde hace dos años, a partir de iniciado el proceso de lucha y organización que llevó a la recuperación del sindicato para una línea combativa, por parte de la actual comisión directiva, el aumento de salarios obtenido ha superado el 320%. En ese momento, la categoría 1 cobraba $9.700.

En municipios ricos como el de Jesús María, ligados a la explotación agrícola y al campo, los trabajadores municipales no llegaban a salarios de indigencia. Este esquema de explotación similar al que se desarrolla en el campo con los peones rurales es la regla de las ciudades del interior cordobés. Como muestra basta un botón: en el municipio “productivo” de Deán Funes, el 80% de los trabajadores municipales se desempeñan como jornaleros, como si hicieran “changas” al municipio.

La recuperación del Sitram en defensa de las y los municipales vino a dar vuelta la tortilla, ya que en un municipio tan importante como Jesús María, un centro de los pools sojeros más importantes de Córdoba, ligado a los negocios de la doma, los municipales lograron romper el modelo de sumisión y explotación laboral que los hundía en la miseria. La voz de los obreros por fin se hizo escuchar y muestra un norte para el resto de los trabajadores municipales, cuyo salario promedio rondan los $25.000.

Como importante conclusión, las condiciones de este acuerdo salarial dejan sentadas las bases para seguir avanzando, a partir de octubre, en el pase a planta de los contratados. Ya se han conseguido que decenas de compañeras y compañeros que hace años son empleados del municipio sean efectivizados.

Es decir que en el cuadro de crisis económica que procesa la Argentina y la política estatal de avanzar de la mano de las exigencias del Fondo Monetario Internacional, la orientación de un gremio combativo, independiente del gobierno y recuperado por sus trabajadores, marca que es posible defender el salario y el trabajo.

En oposición a la política de tregua e inacción de las burocracias sindicales, que solo han permitido que los gobiernos descarguen el ajuste sobre las espaldas del pueblo trabajador con la excusa de la pandemia, el Sitram defendió los derechos de sus afiliados y sobre estas bases se prepara para garantizar la estabilidad laboral. Como dice el comunicado del sindicato combativo: ¡Adelante con asamblea, organización y lucha!

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