Sindicales

25/6/2020

Córdoba: Llaryora negoció con el sindicato de recolectores la entrega del convenio

El secretario general del Surrbac (sindicato de recolectores de residuos) y de la CGT Rodríguez Peña, Mauricio Saillén, junto a Pascual Catrambone, mano derecha y coconductor del sindicato, irán a juicio oral para ser juzgados por los delitos de asociación ilícita, lavado de dinero y usura entre otros (La Voz, 21/6).


Sumado al revés de la intervención del sindicato por parte de Alberto Fernández, se sucede el casi inminente destino de condena y prisión para ambos. Esto golpea a toda la estructura sindical compuesta por los hijos del propio Saillén, quienes podrían estar inhabilitados para ocupar los cargos del Surrbac. El golpe político que habilitará la justicia nacional y el propio gobierno de Juan Schiaretti es proporcional al intento de reviente del convenio de los recolectores que pretende llevar adelante el intendente de la capital cordobesa, Martín Llaryora.


Ataques del PJ en todos los frentes


El ajuste que vino a desarrollar el intendente peronista Llaryora en la ciudad capital de Córdoba, lejos de excluir al Surrbac, lo tiene como presa de negociados y desguace. A la embestida sobre el convenio de los trabajadores municipales, se suma la negociación que se estableció desde el municipio con la cúpula del sindicato de recolectores para “modificar” el convenio, en el marco de la paritaria que vencía a principios de junio. Semanas atrás, antes de iniciar la paritaria, el intendente Llaryora ya había cerrado un acuerdo salarial donde se pasaron a “no remunerativas” cuatro cláusulas de los haberes de los recolectores.


Juan Saillén, hijo menor del secretario general del Surrbac, quien está al frente de la negociación y es ahora la cara visible del sindicato, calificó de “ventajoso” al acuerdo. Lo cierto es que entregó el convenio de los recolectores con el argumento de conservar los puestos de trabajo, a pesar de que el gobierno a quien él responde haya prohibido por decreto los despidos. Así, se procedió a un arreglo en el que se “contempla un cambio en el convenio colectivo con un pago del 25% del sueldo como no remunerativo, lo que impacta, entre otras cosas, en el pago de aportes que las empresas tienen que hacer al Municipio. Pero, además, el sindicato comprometió a sus empleados a empezar a hacer tareas que antes no realizaban” (Perfil, 23/6).


El mismo Juan Saillén apareció el miércoles en un spot oficial de la gestión Llaryora acompañando al secretario de Gestión Ambiental, Jorge Folloni, mientras un grupo de operarios barría la plaza San Martín (La Voz, 21/6). La unidad de Saillén con el principal enemigo que tienen los recolectores no es un hecho aislado en el sindicalismo cordobés. A pesar del ataque del conjunto de los gobiernos peronistas cordobeses a los trabajadores estatales, privados y jubilados esto no ha sido motivo para que la CGT Chacabuco (oficialista) retire sus tres legisladores de Hacemos por Córdoba, ni tampoco para que el kirchnerismo rompa con Schiaretti o Llaryora.


El hecho de que no hayan sido las bases de los recolectores de basura las que resolvieran sobre sus derechos conquistados, muestra a las claras la descomposición de las organizaciones gremiales, orientadas por mantener negocios en defensa de sus propia supervivencia. Mientras entregan los convenios, algo buscado por todos los gobiernos y que ahora quiere consumar Llaryora, los recolectores son convidados de piedra.


Por su lado, los trabajadores municipales cordobeses vienen de protagonizar una multitudinaria marcha y no cesan las acciones en las distintas reparticiones en respuesta al ataque sistemático y profundo de Llaryora sobre su convenio, salario, puestos de trabajo y los servicios que actualmente presta el municipio. El gremio municipal, Suoem, y el Surrbac  no solo comparten el mismo ataque del mismo patrón, además codirigen la CGT Rodríguez Peña. Esto sin contar la movilización que desarrollaron hasta el Palacio Municipal los trabajadores del transporte urbano de UTA, por el cobro de un salario que aún se les adeuda. El convenio de UTA Córdoba también es blanco de ataque por parte del intendente que está a la cabeza de su modificación.


La movilización de estos poderosos sindicatos y un plan de lucha común le pondrían un coto definitivo al ajustazo que se viene desarrollando sobre el conjunto de los trabajadores de la órbita municipal. Los recolectores y barrenderos del Surrbac deben tomar nota de todos los triunfos que se consiguieron luchando. Es por este mismo camino que van a defender sus conquistas.