Sindicales
28/5/2025
Córdoba: los reclamos de educación en el plan de lucha municipal
Basta de superexplotación y trabajo gratuito.

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Protesta de docentes municipales.
A un mes de que el intendente Daniel Passerini pidiera la renuncia de su gabinete -en un intento de reestructurar la desastrosa gestión que lleva adelante-, nada ha cambiado de manera sustancial y menos aún en educación.
Durante ese mismo plazo, los municipales venimos llevando a cabo un plan de lucha en defensa del salario, contra la precarización laboral y por el pase a planta mientras el intendente mantiene la negativa a descongelar salarios y a terminar con la precarización laboral.
En eso, no se corre ni un milímetro del libreto del gobernador Martín LLaryora y de Javier Milei a nivel nacional. Esta política de ajuste abarca a todas las reparticiones, pero en esta nota nos enfocaremos en la situación en educación.
La lucha contra la precarización en educación
La mayor parte del personal auxiliar que se desempeña en las escuelas, jardines y parques educativos está en situación de precariedad laboral, dependiendo de becas que rondan los $420.000.
Pero la precarización también es moneda corriente entre las docentes suplentes, que año a año han visto cómo se incrementa la exigencia de cumplimentar jornadas ad-honorem y actividades especiales como parte del procedimiento para poder re-inscribirse en el concurso de ingreso municipal.
Mediante la promesa de titularización que actúa como una zanahoria detrás de la cual hay que correr y que siempre se va desplazando hacia adelante con nuevos requisitos, se instrumenta un procedimiento de superexplotación laboral que tiene como base el trabajo gratuito.
En efecto, la docencia que aspiraba a completar el máximo puntaje en el ítem correspondiente, debía completar en el concurso 2024 la módica cifra de 70 jornadas de 4,5 horas (o su equivalente: 3 meses y 10 días) y 120 horas de “actividades especiales” –(o su equivalente, casi 30 días más). Es decir que cada suplente que aspiraba al máximo puntaje “ofrendaba voluntariamente” un cuatrimestre gratuito completo al sistema como “prueba de amor” a la educación.
Con esta súper explotación encubierta, el salario de una docente suplente se devalúa respecto del salario de planta: su fuerza de trabajo cotiza un tercio menos, ya que debe realizar 280 jornadas anuales contra 180 jornadas que trabaja una de planta. Medido según este parámetro su salario equivale al 65% del salario de quien ya está en planta permanente.
Quienes defienden el ad honorem lo hacen apelando a argumentos meritocráticos tales como “el ad honorem permite ganar experiencia”, lo cual no implica que esa experiencia -que será volcada en beneficio del sistema educativo- deba ser gratuita; por el contrario, como cualquier capacitación en servicio debería ser paga. O insinúan que “como en todos lados es necesario pagar el derecho de piso”, argumento que por supuesto no se aplica a los funcionarios; sostienen también que “es mejor hacer ad honorem que tener que pagar una capacitación”, validando el hecho comprobable de que un curso de formación docente constituye un negocio a expensas de la docencia empobrecida, cuando debiera ser gratuito y estar a cargo del empleador ya que se beneficiará de trabajadores más calificados.
La realidad muestra que por una u otra vía, el salario docente suplente es inferior al de planta convirtiendo en una falacia la igualdad de remuneración por igual tarea.
Si esto es así, ¿por qué permanece el item de los ad honorem y actividades especiales en la resolución que convoca al concurso? La respuesta es clara, lo sostienen quienes quieren exactamente esto: un sistema educativo sostenido sobre la base del ajuste que permite la precarización docente con trabajo gratuito.
Desde la agrupación Fucsia sostenemos que no hay igualdad posible en un sistema que se vale de la explotación. Lo que corresponde es denunciarla y combatirla. Máxime cuando la principal sostenedora de esta política es la secretaria de Educación, Alicia La Terza, quien desarrolla una profusa propaganda política y marketinera de una escuela innovadora, pero sin recursos para llevarla a la práctica, asentada en esta súper explotación laboral que convive con la falta de docentes, de mobiliario, de conectividad y de mantenimiento en las escuelas.
Vivimos días de intensa lucha que las escuelas llevan adelante con una enorme conciencia y con una campaña propia para poner fin a la precarización laboral que se desarrolla a través del ad honorem. La anulación del concurso 2024, expuso el tráfico de títulos e influencias que creció a expensas de este nivel de superexplotación, y pretendió colocar a sus responsables como víctimas.
Como señalamos en un artículo anterior, la lucha en las calles del conjunto de los municipales en defensa del salario y por el fin de la precarización laboral tiene su correlato en la campaña por el fin del ad honorem. Es el reflejo de una docencia organizada que plantea su propio pliego de reclamos: titularizaciones ya, urgente recomposición salarial, nombramiento de más docentes de apoyo pedagógico, mayores recursos para infraestructura, conectividad y mobiliario, etc. Y empalman con el reclamo de tantos otros trabajadores de justicia, salud y educación que recorren diariamente las calles. La lucha es una sola y es contra el mismo Estado-patrón, y requiere ser unificada para sumar fuerzas.
En esa perspectiva, se encuentra el plenario que organizan distintos sectores en lucha este 12 de junio, como una instancia de reagrupamiento para dar una batalla en común que lleve al triunfo cada reclamo obrero.
