Mientras el número de despidos y la recesión se acentúan, Schiaretti, mediante su justicia adicta, intenta garantizar la judicialización del activismo que llevó adelante la lucha más importante de los últimos meses en Córdoba. Quince trabajadores de Molinos Minetti luego de defender sus puestos de trabajo fueron imputados, entre ellos sus delegados, por turbación de la posesión y se les restringe acercarse a más de 200 metros de la planta. Algunos de ellos, además, fueron imputados por daños a ejecutivos, sobre quienes tienen una restricción, a pesar de que estos aparecieron en el medio del plan de lucha para provocar a los trabajadores. El dato más sintomático de todo este proceso es que las imputaciones han llegado cada vez que los trabajadores estaban desarrollando alguna acción en la puerta de la planta; incluso llegaron al absurdo de notificarlos allí mismo a través de la policía.

Con esta medida, el gobierno provincial quiere amedrentar a los trabajadores que no dan marcha atrás y aún continúan organizados. Por otro lado, la patronal se presentó a la quiebra con un plan de producción que en el mejor de los casos reincorporaría entre 30 y 40 trabajadores y dejaría en la calle a los 120 restantes. Como los despidos son en su mayoría con causa, en una maniobra que estableció la patronal con el Ministerio de Trabajo, las imputaciones servirán para abonar esta posición. Por último, Schiaretti, que enfrenta un incipiente proceso de rebelión en relación al salario y la jubilación, quiere asestar una derrota definitiva a una lucha que es una referencia para los trabajadores de la provincia y que utilizó los métodos más genuinos de la clase obrera como son el paro, el piquete, la ocupación y el enfrentamiento a dos desalojos.

 

Sin embargo, la tendencia a la confluencia de los distintos procesos de lucha es tal que la asamblea de delegados escolares de Uepc de Capital del 5 de marzo se abrió con la presencia de los trabajadores de Minetti, quienes explicaron su conflicto y solicitaron recursos para el fondo de lucha, en momentos en que 460 delegados docentes de esa asamblea rechazaban la propuesta de miseria salarial que el propio Schiaretti y la conducción sindical buscaban imponer. 

En un escenario donde el gobierno de Schiaretti busca descargar el ajuste del Estado que responde al capital financiero y a los sojeros sobre nuestras espaldas, los trabajadores no podemos permitir que se procese a ningún compañero por luchar y debemos exigir la inmediata expropiación de Molinos Minetti bajo control obrero. En este sentido se orientan las iniciativas que establecimos desde la banca del Frente de Izquierda en la Legislatura con nuestra compañera Soledad Díaz García. Apoyemos con todo la lucha de los trabajadores de Molinos Minetti.