Sindicales

4/9/2025

Córdoba: por qué el bloqueo a UEPC Capital es un ataque a toda la docencia

La burocracia sindical de Roberto Cristalli quiere hacer de la delegación Capital un “territorio sitiado” para desactivar la organización y la lucha docente.

UEPC Capital en lucha.

En la historia del movimiento obrero, los bloqueos y cercos fueron siempre un recurso de las patronales y los gobiernos para quebrar las luchas: desde el aislamiento y la represión hasta los lockouts patronales contra las huelgas obreras en nuestro país. No se trataba solo de un castigo económico: era una estrategia deliberada para desmoralizar y derrotar a los sectores más combativos

Hoy, salvando las distancias, podemos trazar un paralelismo con lo que ocurre en nuestro sindicato. La Junta Ejecutiva Central (JEC) de la Uepc aplica un verdadero “bloqueo” contra la delegación Capital, la más combativa y la que encabeza la resistencia docente.

Cuatro licencias de 17: el bloqueo interno

La delegación Capital debería contar con 17 licencias gremiales, pero apenas recibió 4. El resto fue cercenado deliberadamente. Esto no es un error administrativo, ni un problema “técnico”: es una decisión política de la conducción provincial. ¿El objetivo? Ahogar a la delegación que organiza movilizaciones, plenarios, boletines, reuniones con funcionarios/as, las direcciones, supervisiones  y que sostiene, a pulmón, la defensa de todos los derechos docentes en Córdoba capital.

Mientras la burocracia se reparte decenas de licencias en la JEC –un aparato que no organiza ninguna lucha–, en Capital los/las delegados/as ponen plata de su bolsillo para asistir a reuniones, imprimir materiales y trasladarse a las escuelas.

El bloqueo también se extiende al control de las finanzas. Es un cerrojo sobre la fiscalización. Nuestra integrante por la minoría del Órgano de Fiscalización, no puede acceder a la documentación porque la JEC lo impide. A su vez, el 90% de los fondos del sindicato quedan concentrados en el aparato central y se niega el acceso a la información. Sin presupuesto participativo, sin transparencia, sin democracia real.

¿Qué significa esto? Que los aportes de miles de docentes –el salario que ya está en la pobreza– se utilizan discrecionalmente para garantizar la gobernabilidad de Martín Llaryora, mientras las delegaciones que sostienen las luchas son privadas de recursos.

Sin embargo, el hostigamiento no se limita a lo administrativo. En las asambleas, los delegados de la Celeste suelen reducir su intervención a chicanas, burlas y provocaciones contra la oposición. Una de sus frases recurrentes es: “Son tan chiquitos como las victorias de UEPC Capital”. Con esas actitudes, lejos de discutir política o propuestas para la docencia, buscan desacreditar y sembrar malestar. Son los mismos que, en lugar de organizar la lucha por el salario, garantizan el status quo al gobierno provincial.

Una estrategia de aislamiento

Así como el bloqueo a Cuba buscaba aislarla del mundo, el bloqueo de la JEC busca aislar a Uepc Capital del resto de la docencia. La maniobra es clara: dejar a la Capital sin recursos, sin licencias, sin fiscalización, para que no pueda cumplir su papel de motor de la organización docente en toda la provincia.

Pero la experiencia demuestra lo contrario: lejos de quebrarnos, este bloqueo refuerza nuestra convicción. Las escuelas, las asambleas y los plenarios son los que sostienen nuestra fuerza y no hay aparato burocrático que pueda borrar esa realidad.

Abrir la discusión: ¿qué sindicato necesitamos?

Este bloqueo desnuda un problema de fondo: ¿queremos un sindicato que concentre recursos y decisiones en una cúpula burocrática que pacta con el gobierno, o queremos un sindicato democrático, donde las escuelas decidan y los fondos se pongan al servicio de la lucha?

La respuesta ya se viene escribiendo de puño y letra en cada asamblea escolar y de delegados/as que rechazan la Memoria y Balance de la JEC y las propuestas salariales a la baja del gobierno, en cada plenario que exige reapertura de paritarias, en cada docente que enfrenta la reforma antieducativa.

En esa perspectiva, Uepc Capital impulsó un plenario nacional de sindicatos combativos y organizaciones piqueteras que resolvió marchar el próximo 12 de septiembre por salario, jubilaciones, en rechazo a la motosierra de Milei y de Llaryora.

El bloqueo no podrá aislarnos. La corriente antiburocrática crece. La experiencia de recuperación de UEPC Capital ofrece un horizonte para todas las delegaciones provinciales que hoy enfrentan maniobras similares. La clave es sostener una organización independiente del gobierno y de la burocracia, impulsar el frente único con todos los sectores combativos, establecer un plan de lucha que unifique las reivindicaciones de la docencia y defender instancias de debate y organización colectiva que devuelvan el sindicato a manos de los trabajadores. Esa es la orientación que Tribuna Docente puso en pie en Capital y que es el motor para que en cada departamento se desarrolle una fuerza capaz de romper el aislamiento, derrotar a la burocracia y abrir paso a una dirección sindical democrática, participativa y de lucha.

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