Durante esta semana 4150 trabajadores de las plantas automotrices de Córdoba (no incluye las autopartistas) estarán suspendidos cobrando el 75% de sus salarios. La fábrica de camiones Iveco suspendió a todo su personal (500 trabajadores) argumentando estar sobre estoqueada. En Fiat, 1500 operarios no trabajarán durante 3 días, en un plan que ya lleva 4 meses, y por su parte siguen paradas durante un día a la semana sus plantas MQ200. A esto se suma que Renault decidió hacer una “parada técnica” por una semana con suspensión de su personal.

A la par de las suspensiones siguen cayendo los puestos de trabajo. VW perdió al 8% de su personal (120 trabajadores) en lo que va del año con la modalidad de retiro voluntario o jubilaciones anticipadas, y la lista se incrementará ya que la falta de perspectiva de reactivación ha llevado a los trabajadores a considerar la desvinculación temprana como una salida. En el resto de las fábricas existe una situación similar, a lo que se agrega la finalización de los contratos o el llamado trabajo por consultora. A su vez no hay un registro exacto de la pérdida de puestos en las tercerizadas que operan dentro de las plantas automotrices.

 

Inversiones, despidos y subsidios

La burocracia del Smata declaró “su preocupación por la profundización de la crisis y considera que se prolongará hasta bien entrado 2017” (La Voz del Interior, 9/7), a pesar de ello se ha cuidado muy bien de convocar a asambleas o al cuerpo de delegados para fijar una intervención propia de los trabajadores. Lejos de eso, ha acompañado y propiciado las suspensiones, retiros y jubilaciones anticipadas.

Al pronóstico agorero de la burocracia de Omar Dragún se suma la casi seguridad de que en julio la caída de la producción será superior a la de junio, que tuvo una baja interanual de 19,8%.

Mientras se desenvuelve esta caída, el gobernador Juan Schiaretti (un hombre de las automotrices, según acaba de reconocer él mismo) firma acuerdos con las principales terminales. El lunes 11 firmó un acuerdo de producción con Renault (que ya había sido anunciado hace más de un año) para fabricar una camioneta Nissan en 2018. Renault invertiría 500 millones de dólares.

Un acuerdo similar se firmó a principios de abril con Fiat (con Macri incluido). Y a su vez, en Alemania junto a Macri se felicitó por la decisión de VW (no confirmada aún por la empresa) de invertir 100 millones de dólares en su planta de Córdoba. 

Las inversiones prometidas, a excepción de la de Nissan, no tienen anunciada la creación de nuevos puestos de trabajo. Se trata de modificaciones tecnológicas para mejorar la productividad.

Pero ¿por qué el gobierno tiene que firmar “convenios de producción” con empresas privadas? En todos los casos las multinacionales serán beneficiadas por la “promoción industrial”, es decir, eximición de impuestos, energía subsidiada e, incluso (para Renault), “la creación de un nuevo parque industrial en Santa Isabel, para promover el desarrollo de autopartistas y de proveedores locales, marco en el cual se comprometió a acondicionar los accesos a este nuevo espacio” (Schiaretti, en La Voz del Interior). Los términos exactos de los acuerdos aún no se conocen. En la Legislatura está sin contestar un pedido de informes, al respecto, que hemos hecho hace ya 4 meses.

 

Ni despidos ni suspensiones

Así como viene la situación, los trabajadores están siendo llevados al matadero. La burocracia agita que cobran el 75% como una garantía, lo cual oculta que es por tiempo limitado y que mientras tanto la patronal va demoliendo la unidad obrera con los retiros y jubilaciones. En el panorama no solo está la pérdida de puestos de trabajo sino también un ataque en regla al salario y un aumento de los ritmos de producción. Es la forma de la patronal de enfrentar la “crisis de Brasil” agitada frente a los trabajadores como la responsable de la situación.

Es necesario establecer un programa de independencia que reagrupe al activismo (hoy desorganizado) y prepare la lucha por la defensa de los trabajadores automotrices: ni despidos ni suspensiones, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario; eliminación del impuesto al salario, paritarias libres, convocatoria a asambleas de fábricas, elección de comisiones obreras de control de la producción, apertura de los libros de las empresas.