Sindicales
31/7/2017
Corte contra los despidos en Extreme Gear-Adidas
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@tomaseps
Con fuertes críticas a Macri, desde la mañana los trabajadores de la planta de Esteban Echeverría de la empresa Extreme Gear, que produce calzado para Adidas, realizaron un corte parcial en Camino de Cintura, frente al cerca de un centenar de despidos que se procesaron allí en el último año y medio (se pasó de 550 a 470 empleados).
La patronal de la empresa viene descargando su crisis con fuerza sobre sus trabajadores. En las otras plantas que posee Extreme Gear, en la localidad de Lanús, la reducción del plantel en el período reciente fue brutal, pasando de 120 trabajadores a solo 28. El último batacazo se produjo la semana pasada, con 30 nuevas cesantías en Lanús y la tentativa de otras 40 en Echeverría; en este último caso, las mismas no se consumaron a cambio de la renuncia de los obreros al premio por producción.
La situación de Extreme Gear forma parte de un cuadro general de crisis y miles de despidos en el sector del calzado, en muchos casos con un fuerte impacto local: es el panorama de la empresa GGM, en la localidad de Las Flores, que mantiene suspendidos desde abril a 280 trabajadores (en una ciudad de 21.500 habitantes).
Extreme Gear justifica los despidos en nombre de que no puede competir en un cuadro de apertura de importaciones. El intendente kirchnerista de Esteban Echeverría, Fernando Gray, avala ese planteo.
Pero no podemos aceptar que se transfiera la crisis sobre las espaldas de los trabajadores.
Las patronales del calzado (que en épocas de bonanza también pagaban salarios de hambre) lloran miseria para forzar subsidios estatales o para avanzar en una reestructuración de la rama con menos obreros y mayor superexplotación. Este retroceso de las condiciones laborales es lo que ya han obtenido del gobierno macrista (y la burocracia sindical) los empresarios petroleros, automotrices, marítimos y rurales, con la firma de convenios flexibilizadores, y lo que está en la base del reclamo del conjunto de la clase capitalista de una reforma laboral como la de Brasil.
La tentativa de descargar la crisis sobre nuestros hombros nos plantea a los trabajadores responder con una organización independiente de las patronales y los gobiernos, colocando como planteo inmediato el rechazo de todo despido y suspensión, en la perspectiva de una salida obrera a la crisis nacional.